Hay muchas personas que sospechan que las sustancias químicas que contienen los cosméticos pueden ser peligrosas. Tal es el caso de los esmaltes de uñas, según se pudo comprobar en un estudio reciente realizado en conjunto con investigadores de la Universidad Duke y EWG (Environmental Working Group), una organización sin fines de lucro dedicada a proteger la salud humana y el medio ambiente.
La investigación halló que el fosfato de trifenilo (TPHP) utilizado por algunas marcas de esmalte de uñas, podría interferir con el funcionamiento del sistema endócrino. Esta sustancia que también emplea la industria para fabricar plásticos y como retardador ignífugo en muebles, podría terminar en nuestro organismo con solo pintarnos las uñas.
El estudio analizó la orina de 26 mujeres que se habían esmaltado las uñas entre 10 y 14 horas antes de tomar las muestras. En todas se hallaron rastros de TPHP, sustancia que además de alterar el sistema endócrino afectando las hormonas, puede provocar suba de peso y obesidad, según evidencias científicas.
Los niveles de biomarcadores de químicos en la orina fueron siete veces más elevados que en las mujeres que aplicaron el esmalte sobre uñas sintéticas. De los 10 analizados, 8 contenían TPHP, entre los cuales hubo 2 que no había indicado en sus etiquetas la presencia del controvertido químico.
Según la base de datos de EWG, hay más de 1,500 productos para uñas que incluyen THP, entre ellos los de las marcas Sally Hansen, spaRitual, OPI, Orly, Butter London, Maybelline, Revlon, The Balm, Essie, Milani, Wet´'N Wild y Beauty Without Cruelty, entre otras.
Para Johanna Congleton, Ph.D. , científica de EWG y coautora del estudio, “es muy preocupante que el esmalte de uñas dirigido a mujeres y adolescentes contenga sustancias sospechadas de interferir con el sistema endocrino. Y es aun más preocupante saber que el organismo absorbe estos químicos relativamente rápido, después de aplicarse una capa de esmalte.
Heather Stapleton, PhD y profesora de la Universidad Duke e investigadora del estudio, explica que el TPHP actúa como un plastificante del esmalte, haciéndolo más flexible y durable. Y sostiene que es probable que se lo esté usando en reemplazo de los ftalatos, unas sustancias tóxicas nocivas para el sistema reproductivo, que también afectan el sistema endocrino.
La entidad WEG lanzó una petición para que las marcas más reconocidas de esmaltes dejen de utilizar TPHP en su fórmula. Entre sus argumentos, esgrimen que este químico entra en contacto con el organismo de las usuarias, que muchas veces son adolescentes o pre-adolescentes en plena etapa de crecimiento.
No es la primera vez que este organismo pide cambios; desde hace tiempo solicita al congreso que modifique sus leyes, para proteger a los consumidores del uso de químicos y cosméticos que implican un riesgo para la salud.