Una herida es una ruptura o abertura en la piel, considerado el órgano más grande del cuerpo y definido como un tejido vivo y flexible, que te protege de los microbios.
Cuando la piel se rompe, incluso durante una cirugía, los microbios pueden ingresar y causar infección.
Las heridas ocurren a menudo a causa de un accidente o lesión y pueden clasificarse en cortaduras, raspaduras, heridas punzantes, quemaduras, úlceras de decúbito.
Algunas pueden estar cerca de la superficie de la piel o ser más profundas y en este caso pueden afectar los tendones, músculos, ligamentos, nervios, vasos sanguíneos, huesos.
Las heridas menores a menudo sanan fácilmente, pero todas las heridas necesitan cuidados para prevenir una infección.
Es decir, las heridas suelen sanar por etapas. Cuanto más pequeña sea la herida, más rápidamente sanará. Cuanto más grande o más profunda sea la herida, más tiempo puede tardar en sanar.
El proceso natural indica, en todo caso, que cuando te haces una cortadura, una raspadura o una punción, la herida sangra.
Al cabo de unos minutos comenzará a coagularse y se detendrá la hemorragia. Luego los coágulos de sangre se secan y forman una costra, que protege de microbios el tejido que está por debajo.
Una vez que se forma la costra, el sistema inmunitario del cuerpo entra en acción para proteger la herida de alguna posible infección.
Pero no siempre el proceso se cumple de esta manera. Si ya pasaron varias semanas y aun la herida no ha sanado debes indagar en las razones por las cuales la herida no ha cicatrizado correctamente y qué puedes hacer al respecto. Estas pueden ser algunas de las causas:
1. Infección
Tu piel es la primera línea de defensa de tu cuerpo contra las bacterias. Cuando la piel se rompe, las bacterias pueden moverse desde el exterior hacia el interior del cuerpo. Si el área de la herida se infecta, es posible que se ponga rojo, se hinche, te duela y secrete un líquido desagradable o de mal olor.
2. Nutrición
Debes sincerarte y saber si estás comiendo suficientes frutas y verduras porque las vitaminas que contienen ayudan a tu cuerpo a sanar más rápido, especialmente las vitaminas A y C. Asegúrate de comer alimentos como naranjas, espinacas, batatas y pimientos para ayudar a tu cuerpo a hacer su trabajo. También necesitarás mucha proteína magra.
3. Diabetes
Debido al nivel elevado de azúcar en la sangre, las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de heridas e infecciones de cicatrización lenta. El alto nivel de azúcar en la sangre puede afectar negativamente tu circulación y sistema inmune. También puede dañar los nervios que señalan el dolor, lo que lleva a más heridas.
4. Medicación
Distintos medicamentos también podrían ser culpables de la cicatrización lenta de heridas. Los medicamentos de quimioterapia y radiación tienen poderosos químicos que obstaculizan tu sistema inmune, dificultando el proceso de curación.
Los antibióticos eliminan las bacterias buenas, lo que aumenta el riesgo de que se infecte la herida. Además, los medicamentos antiinflamatorios pueden inhibir la etapa inflamatoria que atraviesa su cuerpo para curar heridas. Si sospechas que tu medicamento está causando el problema, habla con un médico.
5. Mala circulación
Cuando tu cuerpo está curando una herida, los glóbulos rojos son los que llevan nuevas células al sitio. A su vez, ayudan a formar la base de una nueva piel con colágeno.
Si tienes mala circulación, la sangre se moverá al sitio de la herida más lentamente, retrasando el proceso de curación. Es posible que tengas poca circulación debido a la diabetes, obesidad, coágulos sanguíneos, acumulación arterial o alguna otra afección subyacente.
6. Llagas en la cama
Las úlceras por presión (técnicamente úlceras por presión) por lo general ocurren cuando una persona está postrada en cama o inmóvil por períodos prolongados.
Esa presión puede causar diferentes niveles de llagas, lo que eventualmente lleva a una herida abierta e infección si no se cuida adecuadamente. Las llagas leves deberían desaparecer rápidamente, pero las llagas moderadas o severas necesitarán tratamiento médico.
7. Tomar alcohol
En un estudio de 2014 publicado en la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research, los investigadores descubrieron que el consumo excesivo de alcohol aumenta significativamente las infecciones producidas por heridas en el quirófano.
Según el estudio, el exceso de alcohol disminuye los glóbulos blancos importantes para que el cuerpo pueda repeler las bacterias.
8. Úlceras de la pierna venosa
Las úlceras venosas en las piernas ocurren cuando una herida en tu pierna tarda en sanar. Muchas veces, las úlceras se producen debido a la mala circulación en las venas de las piernas
Cuidado de las heridas
El cuidado apropiado de una herida significa mantenerla limpia y cubierta. Esto puede ayudar a prevenir infecciones y a propiciar la cicatrización.
En caso de heridas menores, limpia la herida con agua y jabón suave. Cubre la herida con un vendaje estéril u otro apósito.
En caso de heridas mayores, sigue las instrucciones del médico sobre cómo cuidar tu lesión. En todo caso, evita hurgar o rascarte la costra.
Una vez que se forma la costra, algunas personas piensan que ayuda el hecho de masajear con vitamina E o vaselina. Sin embargo, no se ha comprobado que esto ayude a evitar una cicatriz o que ayude a desvanecerla.
Las heridas agudas y crónicas de la piel tienen un alto impacto social: provocan desde aumentos en los días de internación hasta ansiedad, dolor, depresión, vergüenza y trastornos en la vida diaria de quienes las sufren. Recuerda que un diagnóstico correcto y oportuno y atención multidisciplinaria son la base de la recuperación.