¿Unos antiácidos populares podrían aumentar las probabilidades de demencia?

JUEVES, 10 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Los adultos mayores que usan ciertos antiácidos durante años quizá tengan un riesgo más alto de desarrollar demencia, sugiere un estudio reciente.

El estudio, que se publicó en la edición del 9 de agosto de la revista Neurology, es el más reciente en apuntar a los peligros potenciales del uso prolongado de unos medicamentos llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP). Entre ellos se encuentran marcas tan conocidas como Nexium, Prevacid y Prilosec, y están entre los fármacos más vendidos en Estados Unidos.

¿Unos antiácidos populares podrían aumentar las probabilidades de demencia?

Los investigadores encontraron que, entre 5,700 adultos mayores de EE. UU., los que usaron IBP durante 4.5 años o más tenían un riesgo un 33 por ciento más alto de desarrollar demencia, en comparación con sus contrapartes que nunca usaban los medicamentos.

Los expertos enfatizaron rápidamente que los hallazgos no prueban causalidad. Y nadie está sugiriendo que las personas con una receta de un IBP deban deshacerse de su medicación.

Hace mucho que los IBP se recetan para tratar la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE), en que los ácidos estomacales se escapan crónicamente hacia el esófago, lo que provoca brotes regulares de acidez y otros síntomas.

Pero, en los últimos años, los estudios han vinculado el uso a largo plazo de los IBP con aumentos en una variedad de riesgos de salud, desde el ataque cardiaco y la enfermedad renal hasta la muerte prematura. En 2016, un estudio que recibió mucha publicidad sugirió que a esta lista se le podría añadir la demencia.

El problema es que ninguno de estos estudios prueban que los IBP tengan la culpa. Y cuando se trata de la pregunta sobre la demencia, los estudios después del informe de 2016 han llegado a conclusiones contradictorias.

Algunos no han encontrado ninguna asociación entre los IBP y la demencia, mientras que otros incluso han vinculado a los medicamentos con una reducción en el riesgo de demencia, señaló el Dr. Fouad Moawad, gastroenterólogo de Scripps Health en La Jolla, California, y vocero de la Asociación Americana de Gastroenterología (American Gastroenterological Association).

"Esto puede resultar confuso tanto para los pacientes como para quienes los recetan", observó Moawad, que no participó en el estudio.

Advirtió que el estudio, como la mayoría de los anteriores, es observacional, es decir, que monitorizó los nuevos casos de demencia entre los participantes del estudio, y observó las diferencias según el uso de IBP. Podría haber muchas diferencias entre las personas mayores que usan IBP durante años y las que no, y tomarlas en cuenta es difícil.

La Dra. Kamakshi Lakshminarayan, la investigadora sénior del estudio, planteó la misma salvedad general.

"Este estudio solo muestra una asociación, no causalidad", apuntó Lakshminarayan, neuróloga vascular y profesora de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Minnesota, en Minneapolis.

También subrayó otro punto: solo el uso acumulativo a largo plazo de los IBP (de más de 4.4 años) se asoció con un aumento en el riesgo de demencia. Esto no incluye a las personas a quienes se receta que usen un IBP durante unas semanas.

En el estudio, el equipo de Lakshminarayan utilizó datos de un estudio gubernamental de larga duración, que monitorizó la salud cardiaca de miles de estadounidenses. Se enfocaron en 5,712 participantes que estaban libres de demencia en las visitas del estudio entre 2011 y 2013, cuando tenían una edad promedio de 75 años.

En ese momento, una cuarta parte del grupo había utilizado IBP.

Durante los 5.5 años siguientes, 585 participantes recibieron un nuevo diagnóstico de demencia. El riesgo fue un 33 por ciento más alto entre los que habían usado un IBP durante al menos 4.5 años, frente a las personas que nunca habían usado un IBP. Esto fue después de que los investigadores tomaran en cuenta otros factores, como la edad, la diabetes y la hipertensión.

Para ponerlo en perspectiva, la tasa de desarrollo de demencia de los usuarios de IBP fue de unos 24 casos por cada 1,000 personas por año. Esto es en comparación con 19 casos por cada 1,000 entre las personas que nunca usaron un IBP.

Si el uso a largo plazo de los IBP contribuye a la demencia, no está claro cómo. Otros investigadores han propuesto teorías: quizá, a veces los fármacos provoquen una deficiencia de la vitamina B12, lo que puede causar síntomas de demencia. O tal vez, basándose en investigaciones con ratones, aumenten la acumulación de "placas" de amiloide en el cerebro.

Pero todo esto sigue siendo especulativo.

El Dr. Andrew Chan, gastroenterólogo del Hospital General de Massachusetts, publicó hace poco un estudio que no encontró ninguna asociación entre el uso de IBP y la demencia, ni con unos problemas más leves de memoria y pensamiento relacionados con la edad.

En ese estudio, que se publicó en la revista Gastroenterology, participaron casi 19,000 adultos mayores, a quienes se dio seguimiento durante hasta siete años.

Chan instó a la precaución al interpretar los nuevos hallazgos. Anotó que el aumento en el riesgo de demencia fue, en términos estadísticos, de significación "marginal". Esto sugiere que otros factores podrían explicar la asociación, aclaró Chan.

El Dr. Philip Katz, gastroenterólogo de Weill Cornell Medicine, en la ciudad de Nueva York, apuntó al estudio de Chan.

"Para mí, eso resuelve la pregunta", comentó Katz, el autor principal de las directrices más recientes sobre la ERGE del Colegio Americano de Gastroenterología.

Dicho esto, los IBP solo se deben utilizar por "el motivo correcto", planteó Katz, igual que cualquier otro fármaco.

"Si una afección se puede gestionar sin medicamentos, es lo ideal", dijo Katz. Pero las personas que de verdad necesitan un IBP no deben dejarlo basándose en los hallazgos actuales, añadió.

Todos los médicos se mostraron de acuerdo en que los pacientes deben sentirse libres de plantear cualquier pregunta sobre sus IBP al médico. Esto podría incluir una "reevaluación" de su necesidad de seguir tomándolo, señaló Chan.

Moawad dijo que también enfatiza los cambios en el estilo de vida, por ejemplo eliminar los "desencadenantes alimentarios conocidos", no comer en las tres horas antes de irse a la cama, y perder peso cuando sea adecuado. Anotó que a muchos pacientes les va bien cuando toman un IBP solo "a demanda", en lugar de hacerlo con regularidad.

También está el tema de los IBP de venta libre, que las personas podrían utilizar sin decírselo nunca al médico. Una vez más, los expertos animaron a las personas a hablar con el médico sobre cualquier síntoma persistente, para obtener un diagnóstico y asegurarse de que usen los medicamentos de la forma adecuada.

Más información

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de EE. UU. ofrece más información sobre la ERGE.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Kamakshi Lakshminarayan, MD, MPH, professor, epidemiology and community health, University of Minnesota School of Public Health, and professor, neurology, University of Minnesota Medical School, Minneapolis; Andrew T. Chan, MD, MPH, chief, clinical and translational epidemiology unit, Massachusetts General Hospital, and professor, medicine, Harvard Medical School, Boston; Philip O. Katz, MD, professor, medicine, Weill Cornell Medicine, New York City; Fouad J. Moawad, MD, medical director, Anderson Medical Pavilion ambulatory surgical center, Scripps Health, La Jolla, Calif.; Neurology, Aug. 9, 2023, online

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