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Un estudio confirma que la COVID-19 infecta a través del contacto con las superficies del hogar

VIERNES, 7 de abril de 2023 (HealthDay News) -- Unos investigadores británicos reportan, por lo que afirman que es la primera vez, que han encontrado que la propagación de la COVID-19 en los hogares se vincula con la presencia del virus en las manos y en las superficies, no solo en el aire.

Los investigadores recolectaron los datos de los hogares en el punto álgido de la pandemia, y encontraron que era mucho más probable que las personas contrajeran COVID-19 de alguien en su vivienda si el virus se encontraba en las manos o en los sitios de contacto frecuente, por ejemplo la puerta de la nevera o los grifos del lavadero.

Un estudio confirma que la COVID-19 infecta a través del contacto con las superficies del hogar

"No hay ninguna duda de que si alguien tiene COVID-19 está emitiendo el virus al aire como microaerosoles, además de gotitas grandes que aterrizan en las manos y en las superficies que lo rodean. Lo que no se ha mostrado, hasta ahora, es que la presencia del virus en las manos de las personas o en las superficies del hogar predice la transmisión a los cohabitantes", señaló el autor del estudio, Ajit Lalvani, director de la Unidad de Investigación sobre la Protección de la Salud (HPRU) en Infecciones Respiratorias del Instituto Nacional de Investigación sobre la Salud y la Atención (NIHR).

El NIHR HPRU es una asociación de investigación entre el Colegio Imperial de Londres y la Agencia de Seguridad en la Salud de Reino Unido. En el estudio también trabajaron investigadores de la Universidad de Oxford.

"Nuestro estudio de la vida real en los hogares de Londres provee las primeras evidencias empíricas que muestran que la presencia del SARS-CoV-2 en las manos de las personas y en las superficies contribuye de forma significativa a la propagación de la COVID-19. Como no muestreamos el aire de las viviendas de manera sistemática, no podemos descartar que la transmisión aérea ocurriera en paralelo", aclaró Lalvani.

Los investigadores estudiaron la transmisión de la COVID-19 en 279 hogares de Londres, y reclutaron a 414 cohabitantes en esos hogares que vivían con 279 personas recién diagnosticadas con COVID-19 entre el 1 de agosto de 2020 y el 31 de marzo de 2021.

Muy pocos de los cohabitantes en las viviendas se habían vacunado todavía o habían tenido una infección anterior, lo que los hacía susceptibles a la infección. Tenían entre 6 y 79 años.

El equipo de la investigación evaluó a todos los cohabitantes de forma regular, usando pruebas de PCR en la nariz y la garganta, al mismo tiempo que hacían hisopados de las manos tanto de los casos primarios como de los cohabitantes. Los investigadores también recogieron muestras de las áreas de contacto común, para medir la cantidad de material genético del virus y el número de partículas.

"En las viviendas en que encontramos el virus en las superficies y en las manos de los participantes, la infección entre los cohabitantes, y por tanto la transmisión, fue significativamente más alta", apuntó la primera autora del estudio, Nieves Derqui, del NIHR HPRU en Infecciones Respiratorias del Colegio Imperial de Londres.

Aunque los autores del estudio tomaron en cuenta otros factores con el potencial de influir, de cualquier forma encontraron que si el virus se detectaba en las manos de los casos primarios, entonces los cohabitantes en su vivienda tenían 1.7 veces más probabilidades de infectarse que los de las viviendas donde los casos primarios no tenían el virus en las manos.

La presencia del virus en las manos de los casos primarios también se asoció con un riesgo tres veces más alto de que los cohabitantes en la vivienda tuvieran un hisopado de manos positivo. Los cohabitantes con el virus en las manos tenían el doble de probabilidades de infectarse con la COVID-19.

Si había virus en las superficies de contacto frecuente en el hogar, los cohabitantes tenían 3.8 veces más probabilidades de tener virus detectable en las manos, y 1.7 veces más probabilidades de infectarse, informaron los investigadores.

Seis de los cohabitantes que al principio no estaban infectados pero que luego se infectaron durante el estudio tuvieron hisopados positivos en las manos o en las superficies antes de infectarse.

Los autores dijeron que esto respalda que la transmisión llegó de las superficies del hogar y de las manos de los cohabitantes hasta su nariz y su garganta.

Cuando fue posible, los investigadores realizaron la secuenciación genómica completa de los 25 casos primarios y sus cohabitantes. Esto confirmó que cada pareja de caso primario y cohabitante se infectó con la misma cepa del virus, lo que respaldó que la transmisión ocurrió en el hogar.

"La hercúlea tarea de mi equipo durante las difíciles circunstancias en el pico de la pandemia en hogares de la vida real ofrece un fuerte respaldo a la teoría de que la transmisión del SARS-CoV-2 desde las superficies y las manos contaminadas sí ocurre en los hogares", enfatizó Lalvani en un comunicado de prensa del colegio.

"Dado que es probable que nuevas variantes sucesivas se propaguen mucho a pesar de los refuerzos de las vacunas, unas intervenciones y unos mensajes de salud pública sencillos y de aplicación fácil, sostenidos por nuestras evidencias, son una adición valiosa, libre de riesgos y oportuna a las herramientas para vivir de forma segura con la COVID-19", añadió.

El estudio fue observacional y no puede probar causalidad, y tampoco puede descartar la transmisión aérea. Entre otras limitaciones se incluían que las etnias no blancas y los grupos de mayor edad tuvieron poca representación en el estudio, y que se realizó cuando se estaban propagando las variantes tempranas, lo que significa que los resultados quizá no apliquen a las variantes más recientes.

Los hallazgos se publicaron en la edición del 6 de abril de la revista The Lancet Microbe.

Más información

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. ofrecen más información sobre la COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTE: Imperial College London, news release, April 6, 2023

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