La forma de tu nariz podría deberse al clima

Ya sea que tu nariz te guste o la odies, quizá puedas culpar  al  clima de su forma actual. Un estudio encontró que habría una relación entre la temperatura y la humedad con el aspecto actual.

Aunque muchas personas dan por sentado que su nariz achatada, aguileña o de botón es cosa de sus padres, una  investigación de la Universidad estatal de Pensilvania sugiere que las narices de la gente fueron conformadas por los climas locales a medida que sus ancestros se adaptaron a lo largo del tiempo al calor y la humedad o al frío y el aire seco.

La forma de tu nariz podría deberse al clima
| Foto: SHUTTERSTOCK

"Nos enfocamos en los rasgos nasales que difieren a lo largo de las poblaciones, y observamos la variación geográfica respecto a la temperatura y la humedad", explicó el autor del estudio, Mark Shriver, profesor de antropología.

En el estudio, el equipo de Shriver analizó las formas de los orificios nasales y de la nariz mediante imágenes faciales tridimensionales de alta tecnología.

En concreto, los investigadores midieron el ancho de los agujeros nasales, la distancia entre los agujeros nasales, la altura de la nariz, la longitud del puente nasal y qué tanto sobresalían los agujeros de la nariz.

Una idea sobre la forma de la nariz es que las diferencias ocurrieron al azar, debido a lo que se conoce como "derivación genética". Pero las medidas de la anchura de los agujeros de la nariz y de la base de la nariz mostraron diferencias entre las poblaciones que no se podían explicar mediante esa teoría.

Entonces, la selección natural (que ciertas narices sean más "adecuadas" para ciertos ambientes) debe haber tenido un rol en la evolución de la forma de la nariz de las personas, señalaron los investigadores.

Cuanto más eficiente, más bella

La selección sexual o la preferencia por narices más pequeñas o más grandes también podrían influir en las diferencias en el tamaño de la nariz entre las poblaciones, apuntaron los investigadores. Los ideales de belleza podrían vincularse con qué tan bien adaptado está un tipo particular de nariz al clima local.

Una de las funciones de la nariz es "acondicionar" el aire que respiramos antes de que llegue a los pulmones. El equipo de Shriver encontró que la anchura de los agujeros nasales se vincula firmemente con la temperatura y la humedad absoluta.

"Las narices más amplias son más comunes en los climas cálidos y húmedos, mientras que las narices más estrechas son más comunes en los climas más fríos y secos", reportaron los investigadores.

"Todo remite al Modelo de Thomson. A finales del siglo XIX, dijo que en las áreas secas y frías se formaban narices largas y delgadas, mientras que en las áreas cálidas y húmedas se formaban narices cortas y anchas. Muchas personas han evaluado la cuestión con medidas del cráneo, pero nadie había tomado medidas en personas vivas", dijo Shriver.

Unos agujeros nasales más estrechos alteran el flujo del aire para permitir que los conductos nasales cubiertos de moco humecten y calienten el aire con mayor eficiencia, un rasgo que es más importante en regiones frías y secas, dijeron los investigadores.

Es probable que a las personas con ese rasgo les fuera mejor en esos climas y tuvieran más hijos que los que tenían unos agujeros nasales más anchos, conduciendo a un declive en las narices anchas entre los que vivían lejos del Ecuador.

Así, las personas que viven en climas más cálidos y húmedos podrían sentirse atraídas a ciertas formas de nariz, mientras que en los climas más fríos y secos ocurre lo contrario.

El estudio aparece en la edición del 17 de marzo de la revista PLOS Genetics.

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