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Los atracones de bebida de los fines de semana no son tan inofensivos como piensa

LUNES, 13 de junio de 2022 (HealthDay News) -- Muchos quizá crean que un episodio de atracón de bebida, que se define como 5 o más copas de alcohol en una ocasión, es solo una diversión inocua. Pero un nuevo estudio sugiere que incluso las personas que beben alcohol de forma moderada que se permiten atracones de bebida pueden sufrir unas consecuencias duraderas.

Los investigadores encontraron que, entre las personas que en general bebían a niveles moderados, las que a veces se daban un atracón tenían un riesgo más alto de problemas relacionados con el alcohol, tanto en el momento actual como nueve años más adelante.

Los atracones de bebida de los fines de semana no son tan inofensivos como piensa

Los problemas con el alcohol incluían un deseo irresistible de beber, necesitar cada vez más para obtener el mismo efecto, síntomas emocionales o psicológicos relacionados con el alcohol, y beber a pesar de que le provoca problemas en el trabajo, la escuela o el hogar.

En el estudio, los bebedores moderados que dijeron que habían tenido atracones en el mes anterior tenían casi cinco veces más probabilidades de reportar múltiples problemas con el alcohol, en comparación con otros bebedores moderados. Nueve años más tarde, seguían teniendo el doble de riesgo.

El investigador principal, Charles Holohan, afirmó que los hallazgos resaltan un hecho importante: incluso las personas que caen en la categoría de un consumo "moderado" de alcohol pueden tener unos patrones de consumo malsanos.

De hecho, los bebedores moderados conformaron el mayor número de casos de atracones de alcohol, y la mayoría de los problemas con el alcohol, que se reportaron en el estudio, comentó Holohan, profesor de psicología de la Universidad de Texas, en Austin.

Una investigadora que no participó en el estudio dijo que muestra que la definición oficial de consumo "moderado" de alcohol pasa por alto una parte clave de la historia: los patrones de consumo de alcohol.

"Las directrices sobre el consumo moderado no son suficiente", advirtió Katherine Keyes, profesora de la Facultad de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia.

Según estas directrices, un consumo moderado de alcohol significa beber en promedio un máximo de una copa al día para las mujeres, y no más de dos copas al día para los hombres. Pero estos son promedios, y hay una diferencia entre los bebedores moderados que toman regularmente una copa de vino o cerveza con la cena y los que a veces se dan un atracón, apuntó Keyes.

Una distinción clave, afirmó, es que las personas en el segundo grupo se emborrachan. Quizá tiendan a desarrollar una tolerancia al alcohol y tengan que beber más para obtener los mismos efectos.

Además, las personas que se dan atracones y las que toman esa copa diaria de vino con frecuencia son distintas en cuanto a sus motivaciones para beber. Por ejemplo, dijo Keyes, los trastornos por el uso de alcohol y la depresión con frecuencia coexisten, y se "refuerzan" entre sí.

"Algunas personas usan el alcohol para automedicarse, y lamentablemente, esto puede conducir a que los síntomas empeoren", advirtió.

Los hallazgos se publicaron en la revista American Journal of Preventive Medicine. Se basan en respuestas a encuestas de más de 1,200 estadounidenses de a partir de 30 años.

El principio, la gran mayoría (unos 1,100) encajaban en la definición de bebedor moderado. Otros 122 eran bebedores empedernidos. Alrededor de un 21 por ciento de todo el grupo del estudio dijeron que se habían dado al menos un atracón en el mes anterior. Esto incluyó a poco más de un 16 por ciento de los bebedores moderados.

En cuanto a los problemas con el alcohol, un 7 por ciento de todos los bebedores moderados reportaron múltiples problemas al principio, y esto aumentó a casi un 12 por ciento cuando fueron encuestados de nuevo nueve años más tarde.

Pero no todos los bebedores moderados eran parecidos: los que se daban atracones tenían casi cinco veces más probabilidades de reportar problemas relacionados con el alcohol en el inicio del estudio, y nueve años más tarde, sus probabilidades seguían siendo el doble de altas, en comparación con otros bebedores moderados.

"Los patrones de atracones de alcohol son problemáticos", aseguró Keyes. "A la industria del alcohol le gusta vender la imagen de que beber es parte de un estilo de vida despreocupado. Pero beber no está libre de consecuencias".

Holohan anotó que la investigación sobre los atracones de bebida en general se enfoca en los adolescentes y los estudiantes universitarios.

"Pero la mayor proporción de atracones de alcohol ocurren entre los adultos de a partir de 30 años, y la prevalencia de los atracones de alcohol está aumentando entre los adultos", señaló.

Lamentablemente, añadió Holohan, es probable que estos patrones problemáticos no se detecten en una cita rutinaria en el médico.

Keyes apuntó que hay un reconocimiento creciente de que los hábitos malsanos de consumo de alcohol, y los problemas que provocan, deben ser abordados más allá de los años de la universidad. Pero, dijo, todavía hace falta entrenar mejor a los médicos sobre cómo detectar los problemas con la bebida, es decir, a hacer las preguntas adecuadas, y a ofrecer ayuda a los pacientes que la necesiten.

En algunos casos, anotó Keyes, las "entrevistas motivacionales", en que un proveedor de la atención de la salud y un paciente hablan sobre por qué se necesita un cambio, y cómo lograrlo, pueden ayudar a las personas con problemas con la bebida.

"Las personas deben ser conscientes de que hay tratamientos ambulatorios disponibles", planteó Keyes. "Si siente que bebe demasiado, hable con su proveedor de atención de la salud".

Más información

El Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y Alcoholismo de EE. UU. ofrece más información sobre el alcohol y la salud.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Charles J. Holahan, PhD, professor, psychology, University of Texas at Austin; Katherine Keyes, PhD, MPH, professor, epidemiology, Columbia University Mailman School of Public Health, New York City; American Journal of Preventive Medicine, June 9, 2022, online

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