¿Lechuga romana con E. coli?

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) están aconsejando a los consumidores que no coman —y a los minoristas que no vendan— lechuga romana cosechada de la región productora de Salinas, en California.

Ha habido 40 casos de E. Coli vinculados al consumo de este vegetal, en 16 estados. En 28 de los casos las personas tuvieron que ser hospitalizadas.

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La mayoría de esta lechuga se empaqueta con una etiqueta que indica en dónde se cultivó.

Este consejo es para todo tipo de lechuga romana cosechada en la zona de Salinas, California, y no solo para los paquetes enteros sino también: corazones, lechuga cortada y cualquier tipo de ensalada que contenga lechuga romana, como por ejemplo la Ceasar.

Si tienes lechuga romana en casa:

  • Busca una etiqueta que muestre dónde se cultivó. Puede estar impresa en el paquete o pegada como un sticker.
  • Si la etiqueta dice "Salinas" , no la comas y tírala.
  • Si no tiene etiqueta también es conveniente desecharla.
  • Tampoco comas una ensalada que  pienses que pueda tener este tipo de lechuga.
  • Lava y desinfecta los cajones o estantes en los refrigeradores donde se almacenó la lechuga romana. 

Los restaurantes y los minoristas también deben revisar la etiqueta de las bolsas o cajas de lechuga romana, o preguntar a sus proveedores sobre la fuente de la lechuga.

¿Qué es la E. coli?

Según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) es una bacteria clave para una buena salud intestinal, que vive en personas y animales.

La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas, pero algunas pueden causar diarrea por contacto con agua o alimentos contaminados, mientras que otras pueden generar infecciones del tracto urinario, enfermedades respiratorias, cólicos abdominales, cansancio y fiebre.

Los CDC estiman que se registran 265,000 infecciones por año en los Estados Unidos. Las personas generalmente se enferman una semana después de haber consumido alimentos contaminados con la bacteria.

Los antibióticos no se recomiendan para pacientes con sospecha de infección hasta que se puedan realizar pruebas de diagnóstico. Algunos estudios demostraron que administrar medicamentos en pacientes con infecciones por E. coli podría aumentar su riesgo de desarrollar síndrome hemolítico urémico, una enfermedad que se caracteriza por insuficiencia renal, anemia y defectos de la coagulación.