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La pandemia ha ralentizado mucho el ritmo de la investigación sobre el cáncer

MIÉRCOLES, 27 de enero de 2021 (HealthDay News) -- Hay que añadir otra víctima a la lista de daños colaterales de la COVID-19, que siempre está en aumento: la investigación sobre el cáncer.

Un nuevo estudio indica que, durante la primera ola de la pandemia a finales de primavera, el número de estudios sobre los tratamientos para el cáncer recién iniciados se desplomó en un 60 por ciento.

La pandemia ha ralentizado mucho el ritmo de la investigación sobre el cáncer

"En resumen, la primera ola de la COVID ralentizó al progreso científico en un área relacionada con la salud que está lejos de esa enfermedad en sí", comentó la autora del estudio, la Dra. Elizabeth Lamont, directora médica sénior de Acorn AI, en Boston.

El hallazgo proviene de una revisión de datos recolectados por Medidata Enterprise Data Store, que conforma casi un 30 por ciento de toda la investigación sobre el cáncer. El equipo tomó en cuenta a todos los estudios nuevos sobre el cáncer que se iniciaron entre enero y mayo de 2020, cuando comenzó la pandemia. Entonces, los compararon con las cifras de unos periodos de tiempo equiparables en los cuatro años anteriores.

La conclusión fue que, antes de la pandemia, se iniciaron 1,249 estudios, con un promedio de 312 estudios por año. Esto es en comparación con apenas 191 estudios desde el inicio de la pandemia, reportaron los investigadores.

La buena noticia es que, más recientemente, "nuestra vigilancia e investigación continuas sugieren que ha habido una recuperación en el lanzamiento de estudios [sobre el cáncer]", apuntó Lamont.

Aun así, los hallazgos, que se publicaron en la edición en línea del 27 de enero de la revista JAMA Network Open, "cuentan solo una parte de una historia preocupante", advirtió el Dr. Richard Schilsky, director médico de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (American Society of Clinical Oncology, ASCO).

"Este estudio trata sobre un importante declive en el lanzamiento de nuevos ensayos durante la pandemia", anotó Schilsky. "Pero esto no dice nada sobre el número de ensayos sobre el cáncer que se suspendieron, se pausaron, o en que las inscripciones de desplomaron de forma dramática. De hecho, el número de ensayos en cursos se redujo en un 50 por ciento la primavera pasada".

¿Por qué? Lamont dijo que su estudio "no se diseñó para verificar los motivos de la tendencia a la baja en los lanzamientos de los ensayos de oncología".

Pero Schilsky apuntó a "una variedad de factores" que podrían tener algo que ver.

"Sin duda, el distanciamiento social es parte de esto", anotó. "Sobre todo cuando se habla sobre los vulnerables pacientes con cáncer. Muchos pacientes tenían miedo. Lo que es comprensible. Los tratamientos de los estudios no están probados, y muchos pacientes no deseaban arriesgarse a la exposición a la COVID para recibir un tratamiento no probado".

Pero, en gran medida, el problema fue un tema del personal, aseguró Schilsky.

"Cuando la pandemia llegó a su máxima potencia en marzo y abril, los científicos aún no habían podido adaptar sus procesos para trabajar de forma segura. Entonces, simplemente se envió a casa a gran parte del personal de investigación, por su propia seguridad. Y algunos científicos (los que tenían entrenamiento clínico) fueron reasignados para que ayudaran a satisfacer las necesidades clínicas [relacionadas con la COVID-19] de sus varias instituciones. Entonces, por supuesto, todos esto socavó mucho la capacidad de los centros de investigación de contar con un personal adecuado para sus estudios", explicó Schilsky.

El otro problema fue que gran parte de la industria de la atención de la salud no relacionada con la COVID cerró.

"Se necesitan muchos procesos para apoyar a los ensayos clínicos", apuntó Schilsky. "Por ejemplo, las biopsias en una sala de radiología intervencionista. Pero muchas de esas cosas pararon. Además, muchas veces, los estudios de investigación se consideran como 'procedimientos electivos', y eso fue lo primero que paró".

Pero concurrió con Lamont en que el sector de la investigación sobre el cáncer ha logrado una recuperación parcial, a pesar de que la pandemia continúa.

"La investigación y el desarrollo se están adaptando a las dificultades sustanciales que la COVID-19 sigue planteando, algo que es motivo de un gran optimismo", dijo Lamont. Interactuar con los pacientes a través de la telemedicina, cuando es posible, fue un gran cambio. Y alabó al respaldo que las entidades reguladoras ofrecieron para las adaptaciones, que ayudó a facilitar esos cambios.

La adaptación fue esencial, concurrió Schilsky.

"Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., por ejemplo, cambiaron sus procedimientos para poder funcionar de forma más segura, permitiendo al personal de investigación que completaran sus responsabilidades trabajando desde casa, siempre y cuando tuvieran acceso a los sistemas de expedientes médicos y de captura de datos electrónicos que necesitan. Y los patrocinadores de los ensayos también comenzaron a modificar los requisitos de los ensayos", indicó.

Pero no hay duda de que la pandemia se ha cobrado un gran precio, advirtió Schilsky. "Algunos ensayos no se reanudaron nunca, y quizá nunca se reanuden. Algunos patrocinadores podrían abandonarlos. La mayoría se reanudarán, si todavía no lo han hecho, pero perdieron meses del periodo de inscripción. Y esto retrasará los resultados. Y, al final del día, esto significa que habrá implicaciones a largo plazo respecto a qué tan rápido los nuevos tratamientos para el cáncer pueden llegar al mercado", lamentó.

Más información

Aprenda más sobre la investigación oncológica durante la pandemia en la ASCO.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Elizabeth Lamont, MD, senior medical director, Acorn AI, Boston; Richard Schilsky, MD, chief medical officer, American Society of Clinical Oncology (ASCO), Alexandria, Va.; JAMA Network Open, Jan. 27, 2021, online

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