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La asistencia para los desempleados de EE. UU. podría ser esencial para la salud

MIÉRCOLES, 2 de diciembre de 2020 (HealthDay News) -- Los estadounidenses que han perdido el empleo este año debido a la pandemia del coronavirus han permanecido más sanos y seguros gracias a la ampliación del seguro de desempleo, informa un estudio reciente.

Las personas con dificultades que recibieron beneficios reportaron que era menos probable que pasaran hambre, que no pudieran pagar el alquiler o la hipoteca, que retrasaran la atención médica, o que sufrieran de ansiedad o depresión, según los hallazgos.

La asistencia para los desempleados de EE. UU. podría ser esencial para la salud

"Estos programas están cumpliendo su objetivo. Están ayudando a amortiguar las dificultades económicas provocadas por la pandemia", señaló el investigador principal, el Dr. Seth Berkowitz, profesor de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

Un grupo bipartito de senadores de EE. UU. introdujo el martes una propuesta de estímulo de 908 mil millones de dólares, que proveería 300 dólares por semana en beneficios de desempleo federales durante cuatro meses, lo que ofrecería una asistencia adicional a las docenas de millones de estadounidenses desempleados.

Este estudio muestra por qué ampliar los beneficios de desempleo sería una poderosa arma para afrontar la pandemia de la COVID-19, aseguró la Dra. Lynne Richardson, vicepresidenta del sistema de medicina de emergencias y codirectora del Instituto de Investigación sobre Igualdad en la Salud del Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York.

"Se trata de una palanca política que nuestros legisladores tienen disponible para ayudar a abordar esta pandemia de ahora en adelante", enfatizó Richardson. "Es una idea bastante buena, no solo desde el punto de vista del impacto que el estímulo tendrá en la economía, sino también porque en realidad mejorará la salud de las personas que sufren dificultades financieras debido a la pandemia de COVID", añadió.

"No se trata de una intervención solo de política económica. En realidad es una intervención de salud", concluyó Richardson.

En el estudio, Berkowitz y un colaborador analizaron datos reunidos entre el 11 de junio y el 21 de julio de 2020, como parte de la Encuesta del pulso de las familias, una encuesta del Censo de EE. UU. diseñada para evaluar cómo la pandemia de la COVID-19 ha afectado a las familias estadounidenses.

Los investigadores revisaron las respuestas a la encuesta de casi 69,000 personas que dijeron que habían sufrido alteraciones en los ingresos familiares debido a una pérdida de empleo relacionada con la pandemia. De ellos, unos 29,000 dijeron que recibían beneficios de desempleo.

Los investigadores compararon los problemas financieros y de salud de las personas que recibían los beneficios de desempleo con los de las personas que perdieron los ingresos por la pandemia, pero que no recibían beneficios de desempleo.

Las personas que recibían los beneficios tenían un 27 por ciento menos de probabilidades de incumplir con un pago de la vivienda, y un 17 por ciento menos de probabilidades de pasar hambre, mostraron los resultados de la encuesta, y fueron menos propensas a preocuparse sobre el costo de la comida y de la vivienda en un futuro.

Las personas con beneficios de desempleo fueron menos propensas a perder su seguro de salud o a prescindir de la atención de la salud porque no podían costearla. También tenían unos niveles más bajos de ansiedad o depresión, en comparación con las personas que no recibían beneficios de desempleo.

"No resulta sorprendente. Es obvio que el dinero adicional tendrá un impacto beneficioso en una familia que pasa por dificultades financieras", enfatizó Richardson. "Las dificultades financieras tienen unos impactos de salud adicionales en las personas. Lo que este artículo ha resaltado es que el seguro de desempleo puede mitigar esos impactos adversos en la salud".

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 30 de noviembre de la revista JAMA Internal Medicine.

Estos hallazgos deberían hacer que el Congreso encuentre una forma de mantener la ampliación del seguro de desempleo que se creó mediante la Ley CARE a principios de año, dijo Cheryl Fish-Parcham, directora de iniciativas de acceso de Families USA, una organización nacional sin afiliaciones políticas de defensoría del consumidor de la atención de la salud.

Y no se trata solo de esos 300 o 600 dólares por semana, aseguró. La ley también amplió la duración de los beneficios de desempleo y la elegibilidad de los trabajadores con el sueldo mínimo, autónomos, por contratos y por eventos.

"Sabemos que las personas necesitan ingresos y cobertura de salud. Necesitan ambas cosas. Creo que hay cosas que los legisladores pueden hacer que ayudarían con ambas cosas", enfatizó Fish-Parcham.

Berkowitz cree que estos resultados argumentan a favor de una reforma permanente de los programas de desempleo de EE. UU., para que provean unos beneficios mejores y de más larga duración a más personas.

"Aunque la magnitud de la alteración quizá no sea exactamente la misma, si se pierde el trabajo (no por la pandemia, sino porque de vez en cuando pasa), es probable que uno sufra las mismas consecuencias de salud que podría sufrir ahora", añadió Berkowitz.

Más información

El Instituto Americano del Estrés ofrece más información sobre el estrés financiero y la pandemia de COVID-19.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Seth Berkowitz, MD, MPH, professor, School of Medicine, University of North Carolina at Chapel Hill; Lynne Richardson, MD, system vice chair, emergency medicine, and co-director , Institute for Health Equity Research, Mount Sinai Health System, New York City; Cheryl Fish-Parcham, director, access initiatives, Families USA; JAMA Internal Medicine, Nov. 30, 2020, online

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