Hanan Mahmoud Abdul Karim, de 36 años, fue ingresada en un hospital privado en Amman, Jordania, el 24 de abril, lista para tener a su bebé. El parto se llevó a cabo a través de una cesárea, y al parecer, todo había salido bien hasta que la paciente regresó a su casa y empezaron los problemas.
Majeda Hamid, la madre de la paciente, dijo a la prensa que después de Hanan dio a luz a un bebé sano, fue dada de alta del hospital a las 48 horas y se fue a su casa.
Pero una vez allí, empezó a tener dolores de vientre que se volvieron insoportables y notó que en el interior de su abdomen, algo vibraba. "Mi hija sufrió dolores graves y no podía moverse. La llevé al hospital donde fue atendida, pero no hicieron nada por ella” relató la mujer.
Entonces decidieron llevar a Hanan al servicio de urgencias del hospital público de Al Bashir en Ammán, donde los rayos X revelaron un objeto extraño en el abdomen.
Los médicos la operaron de urgencia y quitaron el teléfono del interior del vientre y le recetaron antibióticos, según consigna Gulf News Jordan y otros medios locales.
Aunque el obstetra niega que los hechos hayan ocurrido así, y dice que los relatos son falsos, el caso de Hanan llegó al Parlamento de Jordania, donde el miembro del parlamento Salim Al Bataynah instó al gobierno jordano a renunciar como resultado de este escándalo.
No es la primera vez que los médicos olvidan objetos dentro de los pacientes en las intervenciones.
Se han conocido casos de gasas, hilo de sutura, pero hay algo más doloroso y punzante aún: unas tijeras quirúgicas.
En agosto de 2014, en Panamá, una mujer fue sometida a una cesárea y nunca se liberó de los dolores abdominales intensos. Después de 9 meses de padecerlos, los médicos hallaron el origen de sus males: habían dejado accidentalmente unas tijeras quirúrgicas dentro de su vientre.