El objetivo de la investigación publicada en la revista Psychological Science, era analizar el papel del apoyo social percibido y de los abrazos recibidos a la hora de amortiguar la susceptibilidad a enfermedades infecciosas inducida por estrés interpersonal.
La investigación contó con la participación de 404 adultos sanos y se dividió en dos fases. La primera consistió en evaluar el apoyo social que recibían los participantes, cantidad de abrazos recibidos y la frecuencia de conflictos interpersonales. En la segunda fase se expuso a los participantes a un virus común de resfriado y luego fueron puestos en cuarentena para así evaluar el nivel de infección y gravedad del resfriado.
Los resultados mostraron que el riesgo de resfriado común se redujo entre las personas que recibieron más apoyo social y los síntomas fueron más leves entre los participantes que habían recibido más abrazos.
“Estos resultados sugieren que ser abrazado por una persona de confianza puede actuar como un medio eficaz para transmitir el apoyo y el aumento de la frecuencia de los abrazos podría ser un medio eficaz para reducir los efectos nocivos del estrés” resaltó, el profesor Sheldon Cohen, responsable de la investigación en información difundida por institución académica.
"El efecto protector de los abrazos puede ser atribuible al contacto físico en sí”, toda vez que gracias al contacto físico, sentimos a nivel psicológico una gran sensación de intimidad y apoyo por parte de la otra persona, lo que afectaría de forma positiva sobre nuestro organismo, añadió Cohen.
"Sabemos que las personas que experimentan conflictos con otros, o tienen tensión, son menos capaces de luchar contra el virus del refriado. También hemos aprendido que las personas que tienen apoyo social están parcialmente protegidos contra el estrés, la depresión y la ansiedad”, concluyó el experto.
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