El ejercicio y el entrenamiento cognitivo frenan el deterioro del pensamiento. La vitamina D quizá no tanto

JUEVES, 20 de julio de 2023 (HealthDay News) -- A medida que las personas mayores comienzan a perder algunas de sus capacidades mentales, el ejercicio regular podría ralentizar la progresión a la demencia, indica un nuevo estudio.

Con cinco meses de actividad física, la capacidad mental de los adultos mayores que tenían lo que se conoce como deterioro cognitivo leve (DCL) mejoró de forma significativa, informan unos investigadores de Canadá.

El ejercicio y el entrenamiento cognitivo frenan el deterioro del pensamiento. La vitamina D quizá no tanto

También encontraron que un entrenamiento computarizado para mejorar la memoria amplió los beneficios del ejercicio. Sin embargo, tomar complementos de vitamina D no tuvo ningún efecto en las pruebas de pensamiento y memoria.

"La demencia no tiene cura, pero las opciones de estilo de vida pueden ayudar a prevenirla, y contrarrestar parte del impacto de la edad y de las enfermedades crónicas en la salud del cerebro", dijo el coautor del estudio, Louis Bherer, neuropsicólogo, científico sénior y director del Centro EPIC del Instituto Cardiaco de Montreal.

El deterioro cognitivo leve es el estado intermedio entre un envejecimiento cerebral normal y la demencia temprana, anotaron los autores del estudio. La investigación ha mostrado que se trata del momento óptimo para implementar estrategias de prevención y un tratamiento temprano.

En el estudio, Bherer y sus colegas asignaron al azar a 175 hombres y mujeres, con una edad promedio de 73 años, a hacer ejercicio solo tres veces por semana, o a hacer ejercicio más complementos de vitamina D o un entrenamiento cognitivo computarizado, o ambas cosas durante 20 semanas. La dosis de vitamina D fue de 10,000 UI tres veces por semana.

El estudio encontró que 20 semanas de ejercicio aeróbico y de resistencia, junto con el entrenamiento cognitivo computarizado, que funciona para mejorar la memoria y la actitud, mostraron una mejora significativa de la cognición en pacientes con DCL. Pero "no se encontró ningún efecto significativo al añadir vitamina D al régimen de ejercicio", escribieron los autores.

"Aunque el ejercicio se ha propuesto por su efecto protector potencial para el cerebro y la prevención de la demencia, la estimulación cognitiva añadida a un régimen de ejercicio podría mejorar la cognición incluso en las personas mayores que ya están experimentando un deterioro cognitivo", planteó Bherer.

Anotó que el ejercicio ayuda de forma indirecta a prevenir y gestionar enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y otras, todas las cuales afectan al cerebro. Directamente, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo, lo que incluye el flujo sanguíneo al cerebro, mejora la función vascular y aumenta la plasticidad del cerebro.

"De hecho, algunos estudios mostraron una mejora en el volumen del hipocampo, una región clave para la memoria que se ve afectada pronto cuando envejecemos", dijo Bherer.

Además, nunca es demasiado tarde para comenzar a hacer ejercicio y observar un beneficio. "Nuestro estudio sugiere que incluso los adultos mayores frágiles pueden beneficiarse de tres meses de ejercicio y mostrar una mejora cognitiva", indicó.

La Dra. Edith Burns es profesora de medicina y directora de geriatría y medicina paliativa de la Facultad de Medicina Zucker de la Universidad de Hofstra/Northwell en Manhasset, Nueva York.

"Este ensayo amplía unas evidencias bastante sustanciales que muestran que la actividad física reduce el riesgo de desarrollar demencia", enfatizó Burns, que revisó el estudio.

Aunque los pacientes experimentaron un beneficio con el entrenamiento cognitivo computarizado, la actividad física proveyó el mayor beneficio. "Pienso que la mayor rentabilidad se encuentra con la actividad física regular", dijo.

Burns anotó que incluso los medicamentos más recientes que se publicitan como tratamiento para la enfermedad de Alzheimer no son más efectivos que un régimen de actividad regular.

En realidad, no se sabe cómo el ejercicio previene o ralentiza la demencia, comentó Burns. "Todavía no comprendemos todos los mecanismos, pero sin duda tenemos evidencias muy fuertes de que provee beneficios en múltiples áreas".

El problema es motivar a los adultos mayores para que hagan ejercicio, observó.

"El problema es cómo lograr que las personas hagan ejercicio y lo sigan haciendo. Cuando se tiene a alguien que ya presenta algunos problemas cognitivos, esto puede ser más difícil", apuntó Burns.

Pero el esfuerzo de verdad vale la pena: "Se observa una reducción relativa del riesgo de inicio de demencia de cerca de un 40 por ciento, en personas que hacen actividad física con regularidad", añadió.

Burns cree que un estilo de vida saludable tiene un importante rol en la prevención de la demencia en la vejez, que quizá supere al impacto de la genética.

"A medida que las personas envejecen, es probable que la genética tenga un rol más pequeño en la determinación de la enfermedad. Lo que puede modificar al riesgo genético son los hábitos de estilo de vida", subrayó.

Burns insta a todo el mundo a ser físicamente activo. "Es como el antiguo dicho: lo que no se usa, se pierde".

El informe se publicó en la edición en línea del 20 de julio de la revista JAMA Network Open.

Más información

Aprenda más sobre la actividad física y el deterioro cognitivo en la Asociación del Alzheimer (Alzheimer’ s Association).

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Louis Bherer, PhD, neuropsychologist and senior scientist, director, EPIC Center, Montreal Heart Institute; Edith Burns, MD, professor, medicine, director, geriatrics and palliative medicine, Zucker School of Medicine at Hofstra University/Northwell, Manhasset, N.Y.; JAMA Network Open, July 20, 2023, online

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