El aumento en las hospitalizaciones por la COVID y las nuevas variantes crispan los nervios en EE. UU.

MARTES, 29 de agosto de 2023 (HealthDay News) -- Hay un nuevo brote de COVID-19, y los cambios estacionales y las nuevas variantes fomentan un aumento en las hospitalizaciones y las muertes.

Una nueva variante ómicron, llamada Eris, se ha convertido en la dominante en Estados Unidos, entre señales de que una variante de COVID incluso más altamente evolucionada, llamada BA.2.86, comienza a propagarse por el país.

El aumento en las hospitalizaciones por la COVID y las nuevas variantes crispan los nervios en EE. UU.

Pero los expertos afirman que el público no debería reaccionar a esta última ola con temor, sino con una valoración saludable del riesgo que el virus conlleva para algunas personas.

"Nadie debe entrar en pánico por estas nuevas variantes", comentó el Dr. Steven Gordon, jefe de enfermedades infecciosas de la Clínica Cleveland. "Aunque los casos están aumentando, las hospitalizaciones generales son más bajas que lo que hemos observado en otros momentos de la pandemia".

"La mayoría de las personas tienen al menos cierta inmunidad, debida a la vacunación o a la infección o a ambas cosas, así que estamos viendo menos enfermedades graves y hospitalizaciones debidas a la COVID", añadió Gordon. "Sin embargo, el nivel de preocupación de cada quien también depende de su riesgo. Las personas inmunocomprometidas o que viven con alguien inmunocomprometido deben ser más precavidas".

Entre el 6 y el 12 de agosto, hubo 12,613 hospitalizaciones, un aumento de un 21.6 por ciento en la semana más reciente, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. Además, un 1.7 por ciento de las infecciones de COVID-19 de la semana del 19 de agosto resultaron en la muerte, un aumento de un 21.4 por ciento respecto a la semana anterior.

Al menos parte del aumento actual se puede atribuir a la naturaleza estacional de la COVID, señaló el Dr. Amesh Adalja, experto sénior del Centro de Seguridad de la Salud Johns Hopkins, en Baltimore.

"Este aumento ocurre cada verano, y quizá tenga que ver con el hecho de que todo el mundo se queda en interiores, donde la transmisión es más eficiente, para evitar el calor", dijo Adalja.

El Dr. William Schaffner, profesor de medicina preventiva y enfermedades infecciosas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, se mostró de acuerdo.

"Ha hecho bastante calor al aire libre, lo que significa que entramos para disfrutar del aire acondicionado, lo que significa que las personas se han estado congregando", apuntó Schaffner. "Y, por supuesto, los estadounidenses han estado viajando bastante, y simplemente el tumulto de los viajes expone a muchas personas. Y en general, la gente ha viajado sin máscaras. Es bastante inusual ver a alguien usando una máscara ahora mismo".

Las nuevas variantes fomentan nuevos casos

Ahora, la variante Eris de la COVID-19 sigue su historia familiar, dijo Schaffner.

"Las variantes son, por así decirlo, hijas y nietas de la ómicron. Son parte de esa familia general. Y como tal, comparten un par de características", explicó.

Como las variantes anteriores de la ómicron, la variante Eris es bastante contagiosa, advirtió Schaffner. Pero tampoco parece producir una enfermedad grave, y también se ve impedida por la inmunidad que las personas han obtenido a través de las vacunas.

"Los datos, en particular sobre la Eris, apuntan a que las vacunas ofrecerán la misma protección que antes para la prevención de la enfermedad grave", comentó Schaffner. "La BA.2.86 es tan nueva que los CDC están por lo menos siento precavidos. Dicen que hay que esperar a ver qué sucede. No prevén que vaya a ser más grave, pero están esperando para ver qué sucede con esto".

La BA.2.86 se ha detectado como parte de las pruebas regulares de la COVID en las aguas residuales de EE. UU., pero en este momento no se ha vuelto competitiva con otras variantes de la COVID-19, señalan los CDC.

La preocupación es que la BA.2.86 tiene más de 30 cambios genéticos, en comparación con su ancestro, la BA.2. Esto podría significar que el virus ha encontrado una forma de evolucionar para evitar las protecciones inmunitarias, para hacerse más contagioso o provocar una enfermedad más grave.

Aun así, la aparición de nuevas variantes no es, en sí, causa de alarma, aseguró Adalja.

"Siempre surgirán nuevas variantes, es la forma en que la evolución funciona en un virus respiratorio que se propaga con eficiencia", aclaró Adalja. "Cada vez más, el virus ha perdido la capacidad de provocar una enfermedad grave, debido a los niveles de inmunidad en la población, junto con la terapia antiviral".

Pero una inmunidad menguante también podría tener un rol en el aumento más reciente, plantean los expertos. Muchas personas no han recibido todas las vacunas recomendadas contra la COVID, o no se han infectado recientemente.

Apenas un 28 por ciento de los adultos de a partir de 18 años están completamente al día con las vacunas contra la COVID, lamentan los CDC.

El nuevo refuerzo debería ayudar

"No hemos sido muy receptivos con las vacunas. Últimamente, hemos sido indiferentes con las vacunas. Y pienso que haríamos bien en activarnos, buscar y ponernos estas vacunas, tanto la de la gripe como el refuerzo para la COVID, este otoño", enfatizó Schaffner.

Por suerte, en otoño habrá un nuevo refuerzo de vacuna disponible, junto con un anuncio de quién debería ponérselo, aseguraron los expertos.

"Dado que se prevé que tenga una mejor correspondencia con las cepas del virus en circulación, recomendaría esperar esa vacuna", aconsejó Gordon.

Pero hay algunos casos en que una persona debería ponerse el refuerzo que hay ahora disponible, si todavía no lo ha hecho, añadió Schaffner.

"Si tuviera 72 años, hipertensión, diabetes y algo de sobrepeso, y no me hubiera puesto el refuerzo actual y fuera a viajar para visitar a mis parientes la próxima semana, me pondría el refuerzo actual, y entonces en octubre me pondría el nuevo", comentó Schaffner.

"Muchas personas podrían elegir ser cautas ahora y aprovechar el refuerzo cuando esté disponible", añadió Schaffner. "Pero esto tiene mucho que ver con qué tan orientada a la prevención sea una persona".

¿Ha llegado el momento de sacar la máscara y usarla? De nuevo, esto depende del riesgo que la COVID-19 plantee para una persona y sus allegados.

"Todo depende de la tolerancia al riesgo de cada persona individual. La conducta de uso de máscaras no es universal", apuntó Adalja.

Se prevé que algunos lugares adopten el uso de máscaras cada temporada de resfriados y gripe, como los hospitales y las clínicas médicas, dijo Gordon.

Y las personas que tienen un riesgo alto, en particular las que sufren de afecciones crónicas, quizá deban evitar los lugares cerrados con mucha gente, y volver a usar las máscaras, observó Schaffner. "Debemos respetar a este virus. Debemos notar que es un virus malo. Todavía puede mandar a las personas sanas, y en particular a las personas de los grupos de alto riesgo, al hospital, y enfermarlas de gravedad".

Más información

La Facultad de Medicina de la Universidad de Yale ofrece más información sobre la variante Eris.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor.com

FUENTES: Steven Gordon, MD, chief, infectious disease, Cleveland Clinic; Amesh Adalja, MD, senior scholar, Johns Hopkins Center for Health Security, Baltimore; William Schaffner, MD, professor, preventive medicine and infectious diseases, Vanderbilt University School of Medicine, Nashville, Tenn.

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