Donald Trump: ¿la clave está en su voz?

Según los investigadores, los votantes suelen preferir naturalmente a los candidatos con voces profundas, a los que generalmente se asocia con competencia y solidez. Esta atracción, explican, se remonta a los instintos más "cavernícolas", que asocian la habilidad para ejercer el liderazgo más con la destreza física que con la sabiduría.

"Es cierto que la política moderna se basa más en la competencia ideológica que en la fuerza bruta, pero en tiempos pasados de la historia humana, se valoraba tener un líder fuerte", explicó en un comunicado Casey Kloofstad, coautor del estudio y profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad de Miami.  

Donald Trump: ¿la clave está en su voz?
| Foto: GETTY IMAGES

De aquéllos días en donde los grandotes y fuertes dominaban la escena política, uno de los rasgos que perduraron hasta hoy fue el del tono de voz, según el estudio publicado en la revista científica online PLOS ONE.

No por nada los problemas de garganta como la laringitis son motivo de cancelación de actos electorales, y hasta hay políticos que han perdido la voz por el estrés de una campaña. Ni que hablar del desafío de ser un líder tartamudo.

Aunque el estudio no menciona nombres de políticos reales, el controversial candidato republicano Donald Trump entra en la categoría analizada porque se caracteriza por su voz "cerrada y profunda". En el reciente debate republicano, Trump no sólo hizo alarde de su potente voz, sino que habló dos minutos más que el resto de los precandidatos.

Este grupo de científicos ya había publicado un estudio que comprobó que la voz profunda se asocia también con una mayor integridad.

Y esta atracción aplica también a las candidatas mujeres, aseguran... ¿Por qué?

Para Klofstad, la razón está en la química humana: las voces barítonas o agudas bajas están asociadas con organismos que generan más testosterona, físicamente más fuertes y agresivos. 

Los científicos de Miami y Duke realizaron dos experimentos para comprobar su teoría. Uno fue una encuesta realizada con 800 voluntarios, quienes contestaron preguntas en base a dos candidatos hipotéticos y cuales serían los rasgos que los votantes querrían en estos políticos. Aunque el rango de edad abarcaba entre los 30 y 70 años, se comprobó que el candidato ideal debe tener entre 40 y 50 años.

"Esa es la edad en la que el candidato ya adquirió experiencia, y no es tan mayor como para que problemas de salud afecten su desempeño", explicó Klofstad. Este momento de la vida, dijo, coincide con el momento en el que la voz ya adquiere su tono más bajo.

En la segunda prueba, los investigadores pidieron a 400 hombres y a 403 mujeres que escucharan grabaciones de voces diciendo "los insto a votar por mí en noviembre". La voz siempre era la de la misma persona, pero su tono se alteró con un programa de software.

Luego, se les preguntó que voces les habían resultado más competentes y convincentes. Las voces profundas ganaron entre un 60 y un 70 por ciento.

Para constatar en la vida real estas experiencias, los expertos analizaron los rangos de voz de los candidatos a la Cámara de Representantes nacional del 2012, y comprobaron su tesis: la mayoría estaba en el rango de voz favorito.

El próximo paso, explicó Klofstad, es buscar una correlación entre estos candidatos con voz profunda y comparar con medidas vinculadas a sus objetivos y su capacidad de liderazgo, como el tiempo que hacen que sirven como políticos, leyes aprobadas, etc. 

Y un estudio pendiente es qué pasa con las "voces bilingües", aquéllos candidatos que hablan fluidamente dos idiomas.

La conclusión habla también de la naturaleza humana. "Nos vemos a nosotros mismos como seres racionales, pero nuestra investigación muestra que valoramos en base a la impresión que tenemos del otro, y la voz es uno de estos componentes", concluyó Klofstad.

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