En días de fervor religioso, cuando el Papa Francisco está por llegar a territorio estadounidense en visita oficial por primera vez, la comunidad católica vinculada a la salud genera controversia. Tras un pedido formal de una paciente, el Mercy Medical Center Redding —un hospital que promueve la ética de la fe en el cuidado médico, en California— aceptó realizar una ligadura de trompas a Rachel Miller, quien tendrá a su segundo bebé por cesárea, a fines de septiembre.
Esta aprobación llegó tras la amenaza de lo que podría haber sido una dura, y pública, batalla legal. En un principio, el hospital rechazó realizar el procedimiento: sus prácticas médicas se rigen por los lineamientos de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, que considera cualquier método de esterilización "intrínsicamente demoníaco".
Ante la negativa, la mamá, quien es abogada y tiene otro hijo pequeño, buscó el apoyo de la American Civil Liberties Union (ACLU), que amenazó al centro de salud con demandarlo. Días después de enviar la carta, el 25 de agosto, el hospital anunció que le permitía al doctor de Miller realizar el procedimiento.
Lauren Davis, vocera de Dignity's Health, uno de los sistemas de salud católicos más grandes, con 29 hospitales sólo en California, incluido el Mercy, dijo que "ésta era una decisión aislada que no afectará las políticas futuras y que el hospital seguirá operando bajo las normas de la ética religiosa".
Agregó que la ligadura de trompas sólo se realiza en hospitales católicos en base a cada caso en particular, y que si el hospital rechaza realizar el procedimiento, los médicos deben ayudar a la paciente a buscar un centro de salud que sí lo realice.
Rachel Miller tuvo los recursos profesionales para discutir la negativa del hospital, de otra manera, ya que la mayoría de los centros médicos en su área son católicos, debería haber viajado más de 160 millas para atenderse en un hospital que no le negara la ligadura de trompas.
Qué es la ligadura de trompas
Según explica la Biblioteca Nacional de Medicina, es "una cirugía para cerrar las trompas de Falopio, que conectan los ovarios con el útero". Se trata de un procedimiento de esterilización, que previene futuros embarazos.
La ligadura de trompas se puede realizar de manera ambulatoria, dura apenas 30 minutos, a través de una incisión en el ombligo, o inmediatamente después de una cesárea.
La Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin-Madison define a la ligadura de trompas como "un método anticonceptivo permanente".
Aunque en 1 de cada 200 casos, la ligadura no se realiza bien y la mujer vuelve a quedar embarazada, la universidad indica que "la mayoría de las mujeres no tendrá problemas. La ligadura de trompas es una forma eficaz de control de la natalidad. Si el procedimiento se realiza con laparoscopía o después de dar a luz, no se necesitará hacer ningún otro examen para constatar que no se puede quedar embarazada".
La información agrega que "las mujeres que se someten a una ligadura de trompas tienen una disminución del riesgo de presentar cáncer ovárico".
Lo más importante a la hora de decidir una ligadura de trompas es tener la certeza de que no se deseará un embarazo en el futuro. Aunque el procedimiento se puede revertir, expertos no lo recomiendan.
La Ley de Cuidado de Salud (ACA, por sus siglas en inglés) promueve el control de la natalidad y recomienda que se entreguen anticonceptivos de manera gratuita.
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