AHA News: Los temores y las barreras lingüísticas impiden que algunos latinos administren RCP

JUEVES, 1 de junio de 2023 (American Heart Association News) -- En una clase de reanimación cardiopulmonar en español en la región central de Virginia, algunos miembros de la comunidad latina dicen que entienden que la RCP puede salvar a alguien cuyo corazón deja de latir. Pero reconocen que el miedo y la incertidumbre podrían impedirles brindar atención crítica.

Ser testigos de tal aprehensión ha hecho que los entrenadores no solo enseñen cómo administrar RCP correctamente a una persona que está en paro cardíaco, sino que también compartan información culturalmente adecuada que puede aliviar esas preocupaciones.

AHA News: Los temores y las barreras lingüísticas impiden que algunos latinos administren RCP

"Abordamos la indecisión y abordamos los temores", dijo el Dr. Max Luna, cardiólogo y director de la Iniciativa de Salud Latina de la Universidad de Virginia, en Charlottesville. La clase de RCP es uno de los programas de la iniciativa. "Nos enfocamos en que las personas se sientan cómodas con la RCP".

El paro cardiaco ocurre cuando el corazón de una persona se detiene súbitamente. La persona pierde el conocimiento y el corazón deja de bombear sangre al cerebro, a los pulmones y a otros órganos. La RCP simula el bombeo del corazón mediante compresiones torácicas para mantenar la circulación de sangre por todo el cuerpo.

Según las estadísticas de la American Heart Association, en Estados Unidos ocurren cada año más de 350,000 paros cardíacos fuera de los hospitales. Los paros cardíacos suceden con mayor frecuencia en el hogar.

La investigación ha encontrado que las personas hispanas y negras, incluidos los niños, que tienen un paro cardíaco en un entorno público –como el lugar de trabajo, un centro de transportación o una instalación recreativa– tienen menos probabilidades que las personas blancas de recibir RCP de un interviniente profano.

Uno de los objetivos de la Iniciativa de Salud Latina es aumentar el número de latinos preparados para administrar RCP en una emergencia, dijo Luna, quien también es profesor adjunto de medicina cardiovascular en la facultad de medicina de la universidad.

"Esa es una brecha que nos gustaría reducir".

Luna dijo que las clases de RCP de la iniciativa incluyen información acerca de los desfibriladores externos automáticos, o DEA, pero carecen de instrucción formal sobre estos dispositivos fáciles de usar que pueden restaurar el ritmo normal de un corazón. Una vez que se enciende el DEA, el usuario recibe indicaciones verbales que le guían a través del proceso, pero solo algunos dispositivos ofrecen las instrucciones en español.

Luna dijo que él y sus colegas han encontrado que muchos residentes en vecindarios hispanos no saben cómo administrar RCP. El idioma es otra barrera, ya que no todos los centros de llamadas del 911 tienen despachadores que hablan español. Otros motivos pueden ser el estatus migratorio y la desconfianza en la policía.

"Algunas personas no hablan (inglés) y realmente temen llamar al 911 porque probablemente no van a ser capaces de transmitir el mensaje, o porque su situación familiar puede que sea compleja desde el punto de vista migratorio, y la presencia de agentes policiales donde ocurre un paro cardíaco no es ideal", dijo Luna.

A otras personas latinas les preocupa caer en problemas legales si se les demanda por lesionar sin querer a una persona en paro cardiaco, dijo Luna. Por ejemplo, una RCP de alta calidad a menudo resulta en costillas fracturadas. Debido a esto, los entrenadores de RCP repasan las leyes de "buen samaritano" encaminadas a proteger a quienes se ofrecen como voluntarios para ayudar a una persona lesionada o enferma durante una emergencia.

Luna dijo que proporcionar entrenamiento de RCP en español no sólo desmitifica el proceso, sino que también sirve para aumentar la concientización y reducir el desasosiego.

En el 2008, la AHA dijo que la RCP solo con las manos –únicamente con compresiones torácicas– puede ser tan efectiva en los primeros minutos después de un paro cardiaco como las compresiones y las ventilaciones de rescate. RCP solo con las manos es la técnica que Luna y sus colegas enseñan.

Maggie del Valle, una entrenadora de RCP en Los Ángeles, con dos décadas de experiencia, dijo que ella considera que el uso ambas, compresiones y ventilaciones –dos ventilaciones de rescate después de cada 30 compresiones– puede dar resultados óptimos. Pero ella entiende que administrar compresiones torácicas solamente es una opción eficaz y adecuada para cualquiera que pueda tener "preocupaciones acerca de la transmisión de enfermedades o que no se sienta cómodo dando ventilaciones" a otra persona.

Aunque la empresa de del Valle ofrece clases de RCP en español, la mayoría de los que asisten son profesionales médicos, como técnicos médicos de emergencias (EMT). Los que toman las clases para su propio beneficio personal "representan una porción muy pequeña", dijo ella.

Según las orientaciones de la AHA, para realizar este procedimiento que salva vidas no se necesita entrenamiento formal en RCP con certificación. Para administrar RCP solo con las manos en un adolescente o adulto se coloca la base de la palma de una mano en el centro del pecho. Se coloca la otra mano sobre la primera y se entrelazan los dedos. Se empuja duro y rápido a un ritmo de 100 a 120 veces por minuto. También están disponibles videos en línea, incluso en español.

La respuesta al entrenamiento en RCP en la Iniciativa de Salud Latina ha sido positiva, dijo Luna, y se hacen planes para una iniciativa similar en comunidades negras. "Tiene que adaptarse a cada cultura, porque cada una tiene un grupo diferente de necesidades, temores y preocupaciones".

American Heart Association News hace reportajes acerca de noticias del corazón y el cerebro. Las opiniones expresadas en este artículo no necesariamente reflejan la postura oficial de la American Heart Association. American Heart Association, Inc. es el propietario o el titular de los derechos de autor, y todos los derechos están reservados.

Por Lourdes Medrano, American Heart Association News

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