Aunque todo queda muy sabroso, el exceso de sal en la dieta puede llevar a padecer presión arterial alta, una de las principales causas de afecciones cardíacas y derrames cerebrales (ACV).
Una reducción del sodio en los alimentos podría prevenir cientos de miles de enfermedades y muertes prematuras en el transcurso de una década, aconseja la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA).
La pregunta siempre debatida es: ¿cuánta sal realmente necesita una persona para mantenerse saludable?
Según las pautas dietéticas oficiales del gobierno federal, el adulto estadounidense promedio debería ingerir un máximo de 2,300 mg de sodio por día, muy lejos de los 3,400 mg estimados que consume en promedio una persona en el país.
Sin embargo, la cantidad mencionada antes no es para todo el mundo. Las personas hipertensas no deberían consumir a diario más de 1,500 mg de sal (menos de una cucharadita de café). También es la cantidad diaria que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan para los bebés y menores de 3 años.
Aun si tiras el salero a la basura, es posible que continúes ingiriendo bastante sal: de los aproximadamente 3,400 mg de sodio que el estadounidense promedio consume todos los días, aproximadamente el 71% (o aproximadamente 2,400 mg) proviene de la sal añadida en alimentos procesados y preparados, estiman los CDC.
Por eso, la FDA está trabajando para regular la reducción de la cantidad de sodio que se le añade a los alimentos.
¿Cómo reducir el consumo de sal?
Entre los alimentos procesados o preparados que son altos en sodio están las pizzas, los sándwiches, las carnes frías y los embutidos, las pastas, las botanas y los bocadillos, los aderezos para ensalada, las sopas, y los quesos.
Reducir el consumo de sal no es tan complicado. Aquí tienes 10 consejos del Instituto del Corazón de Texas para lograrlo:
- 1. Limita tu consumo de papas fritas y otras comidas saladas.
- 2. Trata de usar condimentos que no contengan sal.
- 3. Sustituye la sal por hierbas, especias y otros condimentos.
- 4. Lee las etiquetas con cuidado porque a veces encontrarás sal en lugares inesperados. (Por ejemplo, los jugos de tomate y verdura.)
- 5. Prueba los productos reducidos en sodio y sin sal.
- 6. Prepara las comidas con la mitad de la cantidad recomendada de sal. Muchas recetas indican más sal de la necesaria. Prepara las recetas sin sal y deja que cada persona agregue la cantidad que desea. Es muy probable que utilicen sólo una fracción de la cantidad indicada en la receta.
- 7. Cuando comas en un restaurante, pregunta si pueden prepararte un plato con menos sal o sin sal.
- 8. Prueba los sustitutos de la sal. Algunos tienen el efecto de reducir la presión arterial a la vez que aportan nutrientes importantes.
- 9. Cocina el arroz, la pasta y los cereales sin sal.
- 10. Enjuaga los alimentos enlatados, como el atún, para retirar parte de la sal.