El estudio publicado en la revista especializada Plant & Cell Physiology, refiere que la “hemoglobina” (proteína en los glóbulos rojos que transporta oxígeno) de la remolacha tiene una similitud de entre 50 y 60% con la que se encuentra en la sangre humana, pero es más robusta.
Según los autores del trabajo, el proceso de extracción de la hemoglobina de la remolacha azucarera no es mucho más complicado que la extracción de azúcar y a partir de una hectárea, “podríamos producir 2.1 toneladas de hemoglobina, lo que podría salvar miles de vidas", dijo el profesor Leif Bülow, supervisor de la investigación en información difundida por la institución académica.
Por su parte Nélida Leiva, estudiante del doctorado de bioquímica, indicó que no sólo se ha descubierto hemoglobina en la raíz de la remolacha azucarera, sino también en las hojas y las flores.
Resaltó que los niveles de hemoglobina en la remolacha azucarera son casi idénticos a la hemoglobina humana, sobre todo la forma de hemoglobina que tenemos en el cerebro. "Hay una diferencia en un pequeño detalle en la superficie de la proteína, pero eso simplemente parece extender la vida útil de la hemoglobina de la remolacha, lo cual es una buena noticia", precisó.
El siguiente paso sería desarrollar la hemoglobina y probar si puede ser aceptada por un conejillo de indias y posteriormente por el tejido humano, lo que podría suceder en unos tres años.
¿Qué es una transfusión de sangre?
Una transfusión es un procedimiento médico relativamente sencillo que utilizan los médicos para reponer las pérdidas de sangre, o de cualquier parte de la sangre, como los glóbulos rojos o las plaquetas. Las transfusiones se suelen administrar a través de una línea intravenosa, un tubito que se inserta en una vena mediante una aguja muy fina. El procedimiento completo suele durar aproximadamente de dos a cuatro horas, dependiendo de la cantidad de sangre que se necesite.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, por sus siglas en inglés), cada año, cerca de cinco millones de personas que viven en los Estados Unidos reciben transfusiones sanguíneas que les salvan la vida.
En EE.UU., las reservas de sangre que se utilizan para hacer transfusiones proceden de personas que donan sangre voluntariamente a los bancos de sangre, de los centros sanitarios de la administración durante las campañas de recolección de sangre o bien de la Cruz Roja Norteamericana.
La sangre donada se analiza en el banco de sangre para detectar el tipo sanguíneo, los anticuerpos que podrían causar reacciones perjudiciales y enfermedades infecciosas, antes de ser procesada y almacenada. Cuando se necesita la sangre donada, se realiza una prueba de compatibilidad cruzada para asegurarse de que sea adecuada para el receptor (la persona que recibe la sangre).
Las transfusiones de sangre son muy comunes. En los Estados Unidos, cada día se transfunden más de 40.000 unidades de sangre. Además de los glóbulos rojos, se encuentran disponibles otros componentes (productos de la sangre) para transfundirlos cuando sea necesario. Estos otros componentes incluyen plaquetas, plasma fresco congelado, crioprecipitado y factores de coagulación específicos que se encuentran en la sangre.
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