Para este estudio, se definió una clínica gratuita como una organización sin fines de lucro que proporcionaba servicios médicos u odontológicos directamente a los pacientes sin cobrar o por hasta $20 por consulta, no le enviaba una factura a los pacientes ni les negaba servicios por falta de pago y no era reconocida como centro de salud federal ni clínica de planificación familiar.
"Las clínicas privadas han llegado al punto en la historia en que pueden pasar desapercibidas. Al mismo tiempo, los legisladores y otros que proporcionan redes de seguridad deben reconocer la importante función de estas clínicas. La integración formal de las clínicas gratuitas a la red de seguridad tiene el potencial de fortalecer el sistema de salud en general, que es importante independientemente de los resultados del debate nacional sobre la reforma a la atención de la salud", dijo Darnell.
Puntos clave
Más sobre seguros de salud:Las clínicas que participaron en el estudio informaron que atendían un promedio de 747 pacientes nuevos anualmente y unos 1,796 pacientes únicos en total. Según un comunicado de prensa sobre el estudio publicado por el editor de la revista, los pacientes que acudieron a las clínicas gratuitas tendían a pertenecer a las siguientes categorías: no tenían seguro de salud, no podían pagar, no hablaban suficiente inglés, no tenían vivienda o pertenecían a una minoría étnica o racial.
El presupuesto de operación promedio de una clínica era de $287,810. La financiación provenía de distintas fuentes, como donaciones de caridad (90.6 por ciento), grupos cívicos (66.9 por ciento), iglesias (66.3 por ciento), fundaciones (65.1 por ciento) y empresas (55.1 por ciento). Darnell informó que, de las clínicas que se incluyeron en el estudio, 58.7 no recibían financiación gubernamental.
"Las clínicas gratuitas ofrecen una gran variedad de servicios médicos preventivos y generales para cerca de diez por ciento de la población no asegurada en edad de trabajar que busca atención", según el comunicado sobre el estudio, que se realizó cuando Darnell trabajaba en la Universidad de Chicago.
Cada clínica permanecía abierta en promedio 18 horas a la semana y, en general, los servicios ofrecidos fueron la gestión de enfermedades crónicas (73.2 por ciento), los exámenes físicos (81.4 por ciento), la atención de urgencias (62.3 por ciento) y la obtención de recetas para medicamentos (86.5 por ciento).
El estudio fue publicado en la edición del 14 de junio de la revista Archives of Internal Medicine.
Más información
El American College of Emergency Physicians tiene más información sobre el acceso a la atención de los no asegurados.