Tratamientos quirúrgicos
En la mujer
Se utiliza en casos de enfermedad inflamatoria pélvica, provocada por enfermedades de transmisión sexual. Las bacterias causan un proceso inflamatorio crónico que dejan cicatrices y adherencias de tejido fibroso que obstruyen los conductos de las trompas de Falopio e impiden el paso del óvulo hacia el interior del útero.
Para reestablecer esta comunicación se recurre a una cirugía menor llamada laparoscopía, en la que se introduce una cámara en el abdomen para eliminar las adherencias o cicatrices de las trompas de Falopio. Otra forma de restablecer el paso es por medio de cortes en el área obstruida para unir luego con técnicas de microcirugía.
Puntos clave
- La infertilidad produce un impacto importante, que puede influir negativamente en la vida de una pareja .
- La enfermedad inflamatoria pélvica, la endometriosis, el varicocele y los abortos continuos se tratan con cirugía.
- Otras alternativas son la inseminación artificial y la fecundación in Vitro
Otro diagnóstico es el de endometriosis, crecimiento de tejido endometrial que recubre el útero y generalmente se extiende a las trompas de Falopio.
En este caso se utiliza la electrocoagulación, donde el tejido es eliminado mediante calor con un bisturí especial llamado electrocauterio.
La infertilidad también puede ser ocasionada por abortos continuos cuando hay un cérvix incompetente con fibras poco resistentes. Éstas no consiguen contener al embrión en la medida que va creciendo y terminan expulsándolo. El tratamiento es una operación pequeña llamada cerclaje, que se hace en la semana 12 del embarazo. Se cose el cuello uterino con agujas e hijos especiales para que no se abra con la distensión del útero a medida que crece el embrión.
En el hombre
En el varón puede presentarse varicocele, donde las venas del escroto (bolsas que contienen los testículos) se dilatan por un mal funcionamiento. Estas várices se deben eliminar mediante cirugía.
Medicación
En el varón hay riesgos de infección sexual adquirida, ya que los microorganismos mencionados pueden dañar los conductos donde se desarrollan los espermatozoides; esto ocasionará su disminución en cantidad y una mayor probabilidad de infertilidad masculina. El tratamiento - con excepción de las virales – es de fácil curación mediante el uso de antibióticos.
El VIH también es una enfermedad con gran incidencia de producir esterilidad masculina, ya que entre los pacientes se ha detectado la presencia de orquitis (inflamación de los testículos), hipogonadismo (disminución en la producción de hormonas), oligozoospermia o azoospermia (disminución o ausencia de espermatozoides en semen). La terapéutica antirretroviral prolonga la supervivencia de los pacientes infectados, pero produce una pronunciada pérdida o alteración de los espermatozoides.
En el caso de la mujer, si el ovario no permite la liberación del óvulo, requiere medicación para estimular los ovarios a que liberen los óvulos. Una vez que la ovulación ha sido conseguida, se usan los progestágenos para favorecer el desarrollo del embarazo; la progesterona se puede tomar de dos formas ya sea a través de la vía oral o vaginal.
Se cree que las hierbas también pueden ser de ayuda para combatir la infertilidad. Actúan a nivel hormonal, estimulando la liberación correcta de hormonas sexuales, regulando los ciclos menstruales y fomentando la ovulación. Algunas de ellas son el trébol rojo y la raíz de unicornio falso, para equilibrar el funcionamiento hormonal; el sauzgatillo estimula al hipotálamo para la liberación de hormonas; la Cimicifuga Racemosa previene abortos y ayuda al tratamiento natural de la menopausia. Algunos suplementos herbarios para promover la fertilidad en los hombres incluyen el ginseng asiático y el astrágalo que aumentan los niveles de testosterona, el recuento de espermatozoides y la motilidad espermática.
No hay pruebas concluyentes de que los suplementos herbarios para la fertilidad o las píldoras para la fertilidad ayuden a aumentar la misma. Por este motivo, los médicos en los Estados Unidos han sido reacios a incluirlos entre los tratamientos convencionales para la infertilidad.
Inseminación artificial
La inseminación artificial es un método que facilita el acceso de los espermatozoides al óvulo para su fecundación, y se introducen en el útero por medio de una jeringuilla. También se lo puede hacer en el interior de las trompas de Falopio, pero para ello se utiliza laparoscopía.
Si el hombre no puede depositar el esperma en la vagina, ya sea por malformaciones en el pene, traumatismos o impotencia severa, se realiza la inseminación con una jeringuilla que introduce el esperma recién obtenido en el fondo de la vagina.
Fertilización in Vitro
Otro tratamiento para la infertilidad es la fertilización in Vitro, cuando la mujer tiene problemas de ovulación, ya sea que no produzca óvulos o tenga problemas de comunicación entre las trompas de Falopio y el útero. En esta técnica se utilizan ovocitos, que son las células que se encuentran en los ovarios.
Primero se hace una estimulación químico-hormonal con medicación y luego el médico obtiene los ovocitos por medio de una succión, procedimiento quirúrgico de mínima invasión. Los ovocitos serán puestos en contacto con los espermatozoides en condiciones controladas de laboratorio, para hacer que éste sea fecundado y se forme un embrión. Este será cultivado en medios artificiales hasta que se considere maduro como para ser implantado en el útero.
Generalmente se implanta más de un embrión para que el procedimiento tenga más posibilidades de éxito, de ahí el riesgo de embarazos múltiples.