La clamidia y la gonorrea en la mujer producen la llamada enfermedad pélvica inflamatoria causada principalmente por los microorganismos relacionados con estas enfermedades llamados Chlamydia Trachomatis y Neisseria Gonorrhoeae.
Los factores que favorecen la presencia de estas bacterias son las relaciones sexuales con múltiples parejas, o sin el uso de preservativo.
Puntos clave
- Las enfermedades que provocan mayor índice de infertilidad son las de transmisión sexual.
- Los factores que favorecen su contagio son las relaciones sexuales con múltiples parejas, o sin el uso de preservativo.
- En el varón, los microorganismos pueden dañar los conductos donde se desarrollan los espermatozoides
Síntomas
Si la mujer presenta signos de mal olor vaginal acompañado de dolor, debe realizar una consulta para descartar la presencia de esta enfermedad, ya que puede poner en riesgo su fertilidad.
Cuando estas bacterias llegan al interior de las trompas de Falopio causan un proceso inflamatorio crónico, dejando cicatrices que causan adherencias de tejido fibroso que obstruyen el conducto y ocasionan la imposibilidad del paso del óvulo hacia el interior del útero.
Los estudios realizados demuestran que el promedio de esterilidad de una mujer que ha padecido la enfermedad inflamatoria pélvica es del 30%, un porcentaje demasiado alto considerando que este tipo de infecciones se puede prevenir. Es por ello que el uso de preservativos es muy necesario como medio para prevenir la infertilidad, ya que protegerá en un 99% el paso de microorganismos, incluidos el VIH. Cuando pensamos en esto y en los altos costos de la fertilización asistida, valdrá la pena aunar esfuerzos para informar a las parejas y que éstas conozcan los riesgos de una relación sexual sin protección.
Aún en el varón hay riesgos de infección sexual adquirida, ya que los microorganismos mencionados pueden dañar los pequeños conductos donde se desarrollan los espermatozoides; esto ocasionará su disminución en cantidad y una mayor probabilidad de infertilidad masculina.
Tratamiento
El tratamiento de la mayoría de las infecciones de trasmisión sexual - con excepción de las virales - son de fácil curación mediante el uso de antibióticos. En cambio cuando la mujer presenta daños en sus trompas de Falopio, útero u ovarios, los tratamientos son casi en su totalidad la cirugía y la fertilización asistida.
El diagnóstico de las enfermedades de trasmisión sexual se hace por medio del cultivo de las secreciones vaginales, que mostrarán el microorganismo que está afectando y a qué medicamentos es sensible para combatirlo. Cuando se quiere conocer si éstos han dañado los conductos de las trompas de Falopio, se hace un estudio médico conocido como histerosalpingografía, que muestra el interior del conducto de las trompas de Falopio mediante la inyección de un medio de contraste hidrosoluble y la observación posterior con rayos X.
En los hombres
En los hombres, la evidencia de una enfermedad de trasmisión sexual son: secreción purulenta por la uretra, dolor y ardor al orinar. También puede haber virus que se desarrollen en el sistema genital masculino, como el citomegalovirus, papiloma humano, herpes simple, herpes humano y virus de Epstein-Bar. Cualquiera de ellos necesita un tratamiento oportuno ya que tienden a generar un alto riesgo de esterilidad masculina.
El VIH también es una enfermedad con gran incidencia de producir esterilidad masculina, ya que entre los pacientes se ha detectado la presencia de orquitis (inflamación de los testículos), hipogonadismo (disminución en la producción de hormonas), oligozoospermia o azoospermia (disminución o ausencia de espermatozoides en semen. La terapéutica antirretroviral prolonga la supervivencia de los pacientes infectados, pero produce una pronunciada pérdida o alteración de los espermatozoides.