Correr, saltar, golpear o patear un balón son acciones que comúnmente realizamos cuando hacemos deportes.
Si bien practicarlos es necesario para un estilo de vida saludable, los expertos advierten que, por aumentar el riesgo de impacto, demandar movimientos inesperados o someter involuntariamente a las articulaciones, huesos, y ligamentos a cargas excesivas, pueden provocar distintas lesiones, especialmente en los pies. Conoce aquí cuáles son las más comunes, sus características y qué hacer para tratarlas.
Esguince de tobillo
El esguince de tobillo es una de las lesiones más comunes como consecuencia de los deportes.
Puntos clave
- Hacer deportes es necesario para un estilo de vida saludable, aunque también puede aumentar el riesgo de sufrir lesiones.
- Esguinces, fracturas, pie de atleta, o neuromas son algunas de las afecciones más comunes que ocurren en los pies.
- Para disminuir el riesgo de lesiones debes estirar correctamente antes y después de ejercitarte, trabajar en una buena técnica y no descuidar heridas o golpes.
La articulación del tobillo conecta el pie con la pierna y permite que este se mueva hacia arriba, abajo, adentro y afuera. Hay músculos, tendones y ligamentos que rodean el tobillo suministrando la estabilidad que la articulación necesita para caminar y correr.
El esguince de tobillo ocurre cuando esos ligamentos se estiran demasiado o desgarran, generalmente por forzar a la articulación a moverse en una posición antinatural.
Los síntomas más comunes de los esguinces de tobillo son:
- Dolor articular o muscular.
- Hinchazón.
- Rigidez articular.
- Modificaciones en el color de la piel.
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Aplicar hielo inmediatamente para reducir la inflamación (no directamente sobre la zona afectada, sino envuelto en una tela).
- Envolver firmemente un vendaje alrededor de la zona afectada, pero no apretado, para limitar el movimiento. También se puede recomendar el uso de una férula (tablilla).
- Mantener elevada la articulación inflamada (por encima del nivel del corazón) incluso cuando se duerme.
- Evitar poner peso sobre la articulación.
Fractura
La fractura ocurre cuando se aplica más presión sobre un hueso de la que este puede soportar, y, en consecuencia, el hueso se parte o rompe. En caso de que el hueso fracturado rompa la piel, se denomina fractura expuesta.
Una fractura por estrés o sobrecarga ocurre por la aplicación prolongada o repetitiva de fuerza sobre el hueso, que termina debilitándolo hasta que este se rompe.
Las tres opciones principales para el tratamiento de fracturas de huesos son:
- Inmovilización con férula.
- Reducción abierta y fijación interna: requiere cirugía, se utilizan varillas, placas o tornillos para reparar el hueso, los cuales se mantienen fijos debajo de la piel.
- Reducción abierta y fijación externa: requiere cirugía, se coloca un aparato por fuera de la piel para sostener al hueso y mantenerlo en la posición correcta mientras se consolida.
Fascitis plantar
Otra lesión común por deportes es la fascitis plantar, una afección que ocurre cuando se inflama o hincha la fascia plantar. Este es el tejido grueso que se halla en la planta del pie, conecta el calcáneo (hueso del talón) con los dedos y crea el arco del pie.
Los síntomas de la fascitis plantar suelen ser dolor y rigidez en la parte inferior del talón, generalmente durante los primeros pasos del día, después de pararse tras estar sentado por mucho tiempo, o cuando se camina, corre o hace actividad física.
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Descansar durante al menos una semana.
- Realizar ejercicios de estiramiento del talón y del pie.
- Tomar paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil, Motrin) para reducir el dolor y la inflamación.
- Usar férulas nocturnas mientras se duerme.
- Usar calzado con buen soporte y amortiguación.
Neuroma de Morton
El neuroma o neuralgia de Morton es una lesión del nervio que se encuentra entre los dedos de los pies (generalmente afecta al nervio que pasa entre el tercero y cuarto dedo). Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Hormigueo en el espacio entre el tercero y cuarto dedo del pie.
- Calambres en los dedos del pie.
- Dolores intensos o punzantes en los dedos del pie o su alrededor, que generalmente empeora con el tiempo o cuando se usan zapatos apretados.
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Colocar cinta en la zona del dedo del pie afectada.
- Modificar el calzado que se usa, optando por punteras más amplias para los dedos o tacones más bajos.
- Recurrir a la fisioterapia.
- Tomar medicamentos antiinflamatorios o que bloquean los nervios.
- Usar plantillas para zapatos.
En algunos casos puede ser necesaria una cirugía para extirpar el tejido engrosado y el nervio inflamado. Esto ayuda a aliviar el dolor y mejora la función del pie.
Onicocriptosis
La onicocriptosis, mejor conocida como uña incarnada o encajada, es una afección que provoca que las uñas de los pies (especialmente el dedo gordo) se incarnen dentro del tejido. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Dolor, que en muchos casos puede llegar a impedir realizar las actividades diarias.
- Hinchazón.
- Enrojecimiento.
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Remojar el pie afectado en agua tibia, para reducir la hinchazón y sensibilidad.
- Usar cremas antibióticas.
- Usar analgésicos, como paracetamol (Tylenol y otros), el ibuprofeno (Advil, Motrin IB y otros) y el naproxeno sódico (Aleve), para aliviar el dolor.
- Usar calzado cómodo, para no empeorar la condición del dedo.
Si estas medida son insuficientes, se pueden recurrir a procedimientos profesionales, como levantar la uñas, remover parcialmente la uña, o remover parcialmente la uña y tejido.
Pie de atleta
El pie de atleta u hongo en el pie (Tinea pedis) es una infección fúngica que suele originarse y desarrollarse entre los dedos del pie. Esta afección no debe confundirse con la onicomicosis, que ocurre cuando el hongo infecta, pero se limita a las uñas del pie.
El pie de atleta se caracteriza por producir una erupción rojiza y escamosa, que suele comenzar entre los dedos. En algunos casos incluso se pueden apreciar ampollas o úlceras.
Puede afectar un solo pie, ambos y también propagarse a la mano, especialmente si te rascas, ya que es contagiosa. Suele trasmitirse por pisos, ropa, toallas o superficies contaminadas.
Normalmente, ocurre por usar calzado o calcetines ajustados o húmedos durante mucho tiempo (algo muy común cuando se hacen deportes).
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Cremas o polvos antimicóticos de venta libre, que contienen miconazol, clotrimazol, terbinafina o tolnaftato.
- Lavar bien los pies con agua y jabón, y secar completamente la zona con mucho cuidado.
- Mantener los pies limpios y secos, especialmente entre los dedos.
- Usar calcetines de algodón limpios, y cambiarlos regularmente si es necesario.
- Usar sandalias o chanclas en duchas públicas.
- Usar zapatos que estén bien ventilados y fabricados de un material natural, como el cuero.
Tendinitis aquílea
La tendinitis aquílea es una afección que ocurre cuando el tendón que conecta la parte posterior de la pierna al talón se inflama. A este tendón, denominado tendón de Aquiles, lo usamos para caminar, correr o saltar.
La tendinitis aquílea puede provocar dolor en el talón y a lo largo del tendón al caminar o correr. También puede estar hinchado, caliente y sentirse particularmente doloroso o rígido por la mañana.
Para tratar esta afección el profesional de la salud puede recomendar:
- Disminuir o suspender actividades que causan dolor.
- Recurrir a un fisioterapeuta para que indique ejercicios para aliviar las molestias.
- Usar dispositivos ortopédicos, como bota o férula, para mantener el tendón y talón inmóvil.
- Usar zapatos cómodos.
- Tomar antiinflamatorios.
Si estos tratamientos no mejoran los síntomas, se puede necesitar cirugía para extirpar el tejido inflamado y las zonas anormales del tendón.
Últimos consejos
Si bien practicar deportes o actividad física regularmente puede aumentar el riesgo de sufrir los problemas antes desarrollados, esto no significa que debas eliminarlos de tu rutina.
Los expertos recomiendan realizar ejercicio como parte de un estilo de vida saludable, ya que ayuda a combatir el sedentarismo, y con ello, cientos de afecciones. Solo recuerda tomar algunas precauciones para disminuir el riesgo de lesión:
- Estira correctamente antes y después de realizar la actividad física.
- Trabaja una buena técnica al momento de hacer deportes.
- No descuides cualquier herida o que haya ocurrido durante el ejercicio.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.