Algunas personas sienten la necesidad incontenible de mover las piernas, se trata de un trastorno neurológico. Se llama síndrome de piernas inquietas (RLS, por sus siglas en inglés) y es un problema del sistema nervioso que provoca la sensación de un impulso irrefrenable a levantarse y pasear o caminar.
Quien padece el trastorno, cuyo nombre es enfermedad de Willis-Ekbom, se siente incómodo a menos que mueva las piernas. El movimiento detiene la sensación desagradable durante un corto tiempo, y luego vuelve.
Se calcula que en Estados Unidos entre el 7 y el 10% de la población podría sufrir del síndrome de las piernas inquietas. Puede comenzar a cualquier edad y se presenta tanto en los hombres como en las mujeres, aunque las mujeres son más propensas a padecerlo.
¿Cuáles con las Causas?
Nadie sabe exactamente qué causa el RLS. Puede deberse a un problema con la forma en que las células del cerebro utilizan la dopamina, un químico cerebral que ayuda con el movimiento muscular. También puede estar relacionado con otras afecciones, por ejemplo en personas con: enfermedad renal crónica, diabetes, deficiencia de hierro, de magnesio o de ácido fólico, mal de Parkinson, neuropatía periférica, embarazo, esclerosis múltiple.
También puede ocurrir en personas que: usen ciertos medicamentos como bloqueadores de los canales del calcio, litio o neurolépticos, están suspendiendo el uso de sedantes, o consumen cafeína.
El RLS ocurre con mayor frecuencia en personas de mediana edad y adultos mayores. Y se transmite comúnmente de padres a hijos.
Los síntomas del trastorno
El RLS lleva a sensaciones desagradables en la parte inferior de las piernas. Estas sensaciones provocan unas ganas irrefrenables de mover las piernas. Se puede experimentar sensación de: arrastre y gateo, borboteo, tirón o jalón; ardor u hormigueo; dolor, palpitaciones, molestia o picazón.
Estas sensaciones tienen ciertas características: son peores en la noche cuando la persona está acostada, algunas veces ocurren durante el día, comienzan o empeoran al acostarse o sentarse por períodos prolongados y pueden durar 1 hora o más. Algunas veces se presentan también en la parte superior de las piernas, los pies o los brazos; se alivian cuando la persona se mueve o se estira, y en tanto continúe moviéndose.
Los síntomas algunas veces pueden dificultar el hecho de sentarse durante los viajes por aire o en automóvil, o a lo largo de las clases o las reuniones. Y se sabe que el estrés o una alteración emocional pueden empeorar los síntomas, según informan los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Todos estos síntomas dificultan el buen dormir.
¿Tiene cura este síndrome?
El RLS no se puede curar, y tampoco se puede prevenir. Sin embargo, el tratamiento puede aliviar los síntomas. Ciertos cambios de estilo de vida aconsejados por los expertos de los NIH pueden ayudar a hacerle frente:
- Duerme lo suficiente. Ve a la cama y despiértate a la misma hora todos los días. Asegúrate de que tu cama y dormitorio sean cómodos.
- Prueba el uso de compresas calientes o frías en las piernas.
- Ayuda a relajar los músculos con estiramientos suaves, masajes y baños calientes.
- Dedica tiempo de tu día simplemente a relajarte. Prueba con yoga, meditación u otras maneras de aliviar la tensión.
- Evita la cafeína, el alcohol y el tabaco. Éstos pueden empeorar los síntomas.
- El proveedor de salud puede recetarte medicamentos para tratar el RLS. O píldoras para dormir, que atenuarán el problema.
El RLS no es peligroso. Sin embargo, puede ser molesto, perturbar el sueño y afectar la calidad de vida.
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