Los sonidos o chasquidos que hace la mandíbula al abrir la boca para bostezar o masticar pueden pasar como algo normal y es común que no se les preste debida atención. Si ocurren solo un par de veces, ciertamente no implican mayor riesgo, pero cuando se hacen recurrentes pueden ser señal de un trastorno de la articulación temporomandibular.
Los problemas en las articulaciones y músculos de la masticación que conectan la mandíbula inferior al cráneo se conocen como trastornos temporomandibulares. Además de los chasquidos al abrir la boca, pueden causar síntomas como dificultad al masticar, dolor facial, de oído y de cabeza, rigidez en los músculos de la zona, bloqueo de la mandíbula y cambios en la alineación de los dientes superiores e inferiores.
- Por qué rechinan los dientes
De acuerdo al Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR), en algunas personas con disfunción temporomandibular el dolor y los chasquidos pueden desaparecer solos o con un tratamiento sencillo, como ingerir alimentos blandos, aplicar hielo o tomar analgésicos. Pero también es posible que requieran una cirugía.
Ciertamente, a cualquiera puede sonarle la mandíbula en un bostezo y no siempre significará que hay un daño en la articulación. Si sigue ocurriendo puede empeorar, no solo por la falta de tratamiento, sino porque la persona puede seguir repitiendo la conducta que lo esté causando, por ejemplo, apretar los dientes continuamente. Mas no todos saben hasta que punto es normal ese crujido.
El trastorno temporomandibular se asocia al efecto del estrés sobre las estructuras alrededor de la articulación. También son posibles causas la mala mordida, los dispositivos ortodóncicos, rechinar los dientes (bruxismo), la falta de sueño, la mala alimentación y la mala postura (mantener la cabeza hacia adelante todo el día mirando una computadora tensiona los músculos de la cara y el cuello), pero la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos dice que aún falta investigar más en ese sentido. En muchas personas la causa se desconoce.
Si los sonidos de la mandíbula persisten y hay otros síntomas, como dolor o molestias, es conveniente acudir a un médico. Para diagnosticar el trastorno, es posible que se necesiten varios especialistas, por ejemplo, un médico general, un odontólogo o un otorrinolaringólogo. El diagnóstico también puede depender de diversos exámenes, como una evaluación dental, palpar la articulación y los músculos en busca de sensibilidad, radiografías y resonancia magnética de la mandíbula.
Los tratamientos son diversos y su efectividad depende de las particularidades de cada caso. La fisioterapia suele ser de gran ayuda para aliviar el trastorno temporomandibular; el médico también puede recetar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, relajantes musculares o inyecciones de toxina botulínica, usar una férula bucal o aprender técnicas para reducir el estrés.
La mayoría de las personas encuentran una terapia que los alivie. En pocos casos de debe llegar a un tratamiento más agresivo, la cirugía reconstructiva es el último recurso.
Más para leer sobre la boca: