¿Sabías que ciertos hábitos cotidianos pueden astillar o romper tus dientes? Lo peor, es que diariamente pasamos por alto muchos de ellos, por ello, aquí te contamos cuáles son los más comunes y qué puedes hacer para evitarlos.
Morderse las uñas
Morderse las uñas es un hábito nervioso que puede astillar los dientes e impactar en la mandíbula. Según los expertos, esto se debe a que al colocar la mandíbula durante largos períodos de tiempo en una posición sobresaliente se puede ejercer presión sobre ella, lo que se asocia a una posible disfunción.
Cómo solucionarlo
Los especialistas recomiendan establecer metas u objetivos diarios con el fin de reducir el número de veces que realizamos este trastorno. Un forma de lograrlo es teniendo las manos ocupadas o sosteniendo algo constantemente. También se puede recurrir a utilizar esmaltes de uñas con sabor amargo y reducir el estrés cotidiano.
Cepillado muy fuerte
Cepillarse los dientes durante dos minutos dos veces al día es uno de los mejores hábitos que puedes adoptar. Sólo asegúrate de no estar haciéndolo muy fuerte y que tu cepillo no sea demasiado duro, de los contrario puedes dañar o irritar tus encías.
Cómo solucionarlo
Muchos expertos recomiendan dejar los cepillos de dientes duros "para los azulejos del baño". Para encontrar el adecuado para tu boca busca el sello de aceptación de la Asociación Dental Estadounidense. También es importante que no veas la limpieza de tus dietes como un momento de fregar, sino de masajear.
Rechinar los dientes
Este hábito también se conoce como bruxismo y puede deberse a una alineación anormal de la mandíbula, concentración profunda o altos niveles de estrés y ansiedad. Este trastorno también puede afectarte mientras duermes, generando, a la larga, dientes agrietados o astillados, sensibilidad muscular y dolor articular.
Los especialistas recomiendan practicar ejercicios de relajación, si el bruxismo es producto del estrés o la ansiedad. Los protectores bucales también son una gran opción, especialmente durante las noches. De esta forma dormirás mejor y comenzarás a amanecer con menos dolor dental y muscular.
Refrigerios
El hábito de "picar" entre comidas, especialmente alimentos y bebidas azucarados, es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar caries. Cuando comes, las bacterias causantes de caries se alimentan de los restos de comida, produciendo un ácido que ataca la capa externa de tus dientes.
Cómo solucionarlo
Los especialistas aseguran que la mejor opción para controlar este hábito, es prestar atención. Si necesitas un refrigerio, asegúrate de que sea bajo en grasa y azúcar. En el caso de consumir algún producto azucarado, asegúrate de beber luego un gran vaso de agua para lavar los restos de comida.
Dientes como herramientas
Para muchos es una opción habitual, pero no por ello libre de peligro. Los dientes fueron hechos para masticar, no para abrir tapas de botellas o envases de plástico. Cuando haces esto, te expones a un mayor riesgo de romperlos, lesionar la mandíbula o de tragar accidentalmente algo que no deberías.
En este caso la solución es muy sencilla: procura tener al alcance las herramientas adecuadas, tijeras, abrebotellas o cuchillas. Tus dientes te lo agradecerán ya que sólo los usarás para comer.
Masticar cubos de hielo
La pagofobia es una enfermedad que genera necesidad de comer hielo o tomar bebidas heladas. Aunque parece un trastorno inofensivo, masticar cubos de hielo puede causar desgaste en las superficies y esmaltes dentales. Además, si estos ya se encuentran desgastados o astillados, el hielo puede romper y dañar su estructura interna. Si sufres esta afección, debes consultar a un profesional.
Alimentos buenos para los dientes
Además de buenos hábitos dentales, uso de hilo y cepillo dental, y visitas regulares al dentista, la dieta puede ser útil para cuidar nuestros dientes. Puedes incluir alimentos como manzanas, zanahorias o apio que, al ser crujientes, estimulan la producción de saliva, y actúa como un limpiador natural. También puedes optar por toronjas, melones o coliflor, que son ricos en antioxidantes.
Otras opciones
El consumo de queso, leche, yogures y otros lácteos ayuda a mantener una dentadura blanca, ya que el calcio que poseen en grandes cantidades neutraliza el exceso de acidez, que deteriora el esmalte y hace que los dientes sean más susceptibles a las manchas o cambios de color. Incluso existe evidencia que indica que los quesos duros ayudan a remover el sarro.
Fuentes consultadas
Asociación Dental Estadounidense, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Institutos Nacional de Investigación Dental y Craneofacial.