La edad, la artritis, una lesión… son muchos los factores que pueden afectar la salud de tus rodillas. Es posible que sientas mucho dolor y molestias, mas esto no siempre quiere decir que necesites reemplazar la articulación.
La artritis en sus diferentes formas es una de las afecciones que puede dañar las rodillas y llegar al punto de que el dolor sea tan intenso que haya discapacidad y se requiera un reemplazo, explican los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por su sigla en inglés). También la artrosis y ciertas deformidades, como las piernas arqueadas o las rodillas muy juntas, pueden desgastar el cartílago y crear dificultades.
La osteonecrosis o necrosis avascular es otra condición que puede dañar las rodillas. En estos casos, los huesos pierden su suministro de sangre, mueren, eventualmente colapsan y se necesita una nueva articulación.
Pero un reemplazo de rodilla implica sacar partes de esa articulación dañada y sustituirlas por piezas artificiales. Es conveniente probar otras posibles soluciones, antes de dar el paso de la cirugía.
El médico podría recetar algunos medicamentos para aliviar el dolor y tratar enfermedades preexistentes (como la artritis reumatoide), fisioterapia para fortalecer los músculos alrededor de la rodilla, ejercicios para mejorar el equilibrio o el uso de soportes para el arco del pie para ayudar a reducir la presión. También puede sugerir la aplicación de corticoesteroides o ácido hialurónico en inyecciones.
Si los tratamientos no dan resultado y la rigidez de la rodilla comienza a interferir con las actividades del día a día, el dolor es muy intenso y hay problemas para caminar, subir escaleras, sentarse y pararse, se debe considerar el reemplazo de la rodilla. En ese caso, el paciente será remitido a un cirujano ortopédico.
Los tipos de cirugía
Cirugía de reemplazo parcial. La Clínica Mayo describe este procedimiento llamado artroplastia unicompartimental como el reemplazo de la parte más dañada de la rodilla con partes de metal y plástico. En general, esta cirugía se puede practicar a través de pequeñas incisiones, lo cual facilita la recuperación (es más rápida que cuando el reemplazo es total).
Reemplazo total de rodilla. El cirujano debe cortar el hueso dañado y el cartílago del fémur, la tibia y la rótula. Luego los reemplaza con una articulación artificial hecha de una aleación de metal, plásticos y polímeros.
Los riesgos
Toda cirugía de reemplazo de rodilla implica un riesgo. La formación de coágulos sanguíneos en las venas de las piernas, un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular, lesión a los nervios de la región y desarrollar una infección con algunos de los que deben considerarse, especialmente el último.
Las infecciones profundas son una complicación poco común, pero grave cuando se trata de un reemplazo de rodilla. En algunos casos hasta puede ser necesario practicar una cirugía adicional para sanar.
Recientemente, un equipo de investigadores británicos determinó cuáles son los factores que ponen a los pacientes de reemplazo de rodilla en un riesgo alto de infecciones graves y de cirugías repetidas. Estos fueron tener menos de 60 años, ser hombre, tener enfermedad pulmonar obstructiva crónica, diabetes o enfermedad del hígado y un índice de masa corporal más alto.
En la investigación, desarrollada por especialistas de la Universidad de Bristol, también encontraron que el motivo del reemplazo de rodilla, el tipo de procedimiento realizado y el tipo de reemplazo influyen en el riesgo de necesitar otra cirugía debido a la infección. Por ejemplo, aquellos pacientes que se sometieron a la cirugía después de una lesión, a causa de artritis inflamatoria o que tenían antecedentes de infección en la rodilla afectada eran más propensos a necesitar una operación.
La recomendación es que médico y paciente tomen la decisión que consideren más adecuada, una vez hecha una evaluación rigurosa del caso. En general, los reemplazos de rodilla son procedimientos seguros y las expectativas, positivas.
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