Ajo, arma contra la fibrosis quística

La investigación publicada en la revista PLoS One, refiere que la alicina, un líquido de coloración amarillenta que se libera cuando el ajo es machacado o cortado, sería un tratamiento eficaz contra el grupo de bacterias infecciosas del complejo Burkholderia cepacia (BCC por sus siglas en inglés), particularmente difíciles de tratar, altamente resistentes a muchos antibióticos comunes y con gran capacidad de adquirir resistencia contra muchos más.

La alicina, según los autores del trabajo, poseería un mecanismo antimicrobiano que le permite modificar químicamente enzimas clave dentro de las células y neutralizar a las bacterias.

Ajo, arma contra la fibrosis quística
| Foto: SHUTTERSTOCK

"En un momento en el que se necesitan con urgencia nuevos agentes antimicrobianos, la investigación química y microbiológica tiene el potencial para descubrir el rico depósito de compuestos antimicrobianos presentes en plantas como el ajo. La alicina que contiene merecen una investigación adicional”, estableció el profesor John Govan, quien co-dirigió el estudio.

"El poder medicinal del ajo tiene una rica historia que se remonta a miles de años, pero la estructura química de la alicina se reveló en la década de 1940. Nuestro trabajo sugiere que los métodos modernos deben utilizarse para ampliar aún más nuestro conocimiento de esta molécula enigmática y rejuvenecer sus aplicaciones potenciales ", añadió por su parte el Dr. Dominic Campopiano.

Los investigadores creen que los remedios que contienen alicina podrían utilizarse en combinación con antibióticos para tratar infecciones existentes del complejo Burkholderia cepacia.

La fibrosis quística es un trastorno genético que afecta sobre todo a los pulmones y el sistema digestivo y hace que las personas que la tienen sean más vulnerables a padecer infecciones pulmonares repetidas. La enfermedad hace que el moco sea espeso y pegajoso. El moco tapona los pulmones, causando problemas respiratorios y facilitando el crecimiento bacteriano.

Los síntomas y la severidad de la fibrosis quísica pueden variar ampliamente. Algunas personas tienen problemas serios desde el nacimiento. Otras, pueden tener una versión más leve de la enfermedad que no se manifiesta hasta la adolescencia o al inicio de la edad adulta.

De acuerdo con la Asociación Médica Americana, alrededor de 30,000 personas en los Estados Unidos tienen la enfermedad, y más de 10 millones son portadoras del gen que la causa.

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