'No me voy a vacunar porque después me voy a enfermar'. 'Si me vacuno, me da gripe'. 'La última vez que me puse la vacuna me sentí mal y no me quiero arriesgar'. Estas son creencias arraigadas en el imaginario colectivo que se escuchan aún más durante la temporada de influenza, a manera de argumentos para no inmunizarse.
No es exageración: cada año la influenza es responsable de una 20,000 muertes en Estados Unidos (pueden ser más o menos). Y, de acuerdo a la Academia Americana de Médicos de Familia, unas 130,000 personas acuden a los hospitales con gripe en cada temporada.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han sido enfáticos en que la mejor alternativa para protegerse y prevenir el virus es la vacuna. Y no, esta no provoca la gripe ni enfermedades, pero hay muchos mitos y conceptos erróneos.
La vacuna contra la gripe hace que los anticuerpos, que son las células responsables de combatir una infección, se desarrollen en nuestro cuerpo. Ningún medicamento sustituye el efecto de la inmunización, sólo pueden aliviar los síntomas de la influenza, y los antibióticos no funcionan contra este ni otros virus.
El proceso de inmunización toma, aproximadamente, dos semanas a partir del día de la aplicación de la vacuna. “Esta es la razón por la que puede desarrollar la gripe en el momento en que se vacunó, porque estuvo expuesto antes de recibir la vacuna y no estaba protegido en el momento de la infección”, explicó a ABC News Tambetta Ojong, médico familiar en SUNY Downstate Medical Center en Brooklyn.
“Los efectos secundarios son leves y breves, dependiendo de si recibe la vacuna contra la gripe o el aerosol nasal, especialmente cuando se compara con los síntomas de un caso grave de gripe”, explica. Por ejemplo, si se aplica la vacuna tradicional, puede presentarse dolor, enrojecimiento, algo de fiebre o hinchazón en el lugar de la inyección; en el caso de la nasal, puede haber secreciones por la nariz, sibilancias, dolor de cabeza, vómitos, dolores musculares y fiebre.
“La vacuna no puede causar la gripe. La vacuna tiene una forma muerta (inactiva) del virus que no es infecciosa o está hecha con proteínas de un virus que está atenuado o ‘debilitado’, y por lo tanto no puede causar la gripe”, agrega.
Lo que sí puede ocurrir es que contraigas la gripe, a pesar de haberte vacunado. Esto no solo pasa si estuviste expuesto a un virus de la gripe poco antes de vacunarte, también podría ser que estés expuesto a un tipo de influenza que no está incluido en la vacuna de la temporada. Cada año los especialistas refuerzan la vacuna de acuerdo a los tipos de virus que se esperan y, aunque no es infalible, esta sigue siendo la mejor manera de protegerse.
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