El trastorno bipolar se caracteriza por momentos en el cual el paciente presenta lo que denominan los psiquiatras un episodio de manía o de hipomanía y en otros cae en un estado de depresión.
Un hecho interesante en el trastorno bipolar, es que en algunas circunstancias no es fácil hacer el diagnóstico, en especial cuando su primera manifestación es un episodio depresivo, lo que lo hace indistinguible de un trastorno depresivo como tal.
El trastorno bipolar es una enfermedad que puede afectar a cerca del 2 al 4% de la población mundial, que genera un impacto importante en la calidad de vida del paciente y la familia.
La OMS estima, que es la cuarta causa de discapacidad ajustada por años de vida, en el grupo etario que va de 10 a 24 años. El trastorno bipolar aumenta en 12 veces el riesgo de suicidio, e incrementa en 50 veces el riesgo de conducta autolesiva. Se estima que hay un retraso de 6 años, entre la aparición de los primeros síntomas y el inicio del tratamiento.
Esta condición suele ser tratada con una combinación de medicamentos o psicofármacos, psicoterapia, y psicoeducación.
Pueden ser frecuentes las hospitalizaciones, en especial en casos de crisis de manía. Los medicamentos son de uso crónico o prolongado, y presentan una gran variedad de efectos secundarios. El carbonato de Litio es el medicamento más estudiado y efectivo, pero tiene un margen de seguridad estrecho.
El litio es el más ligero de los metales alcalinos de la tabla periódica, se encuentra en la naturaleza en forma de sales. Los efectos adversos, contraindicaciones e interacciones del carbonato de litio son bien conocidos. Fue aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) para el uso en el trastorno bipolar hace 49 años, y hoy en día sigue siendo el tratamientos más efectivo para esta condición. Adicionalmente se ha identificado, un efecto que se relaciona con la disminución de conductas impulsivas y auto lesivas.
El inconveniente del uso del litio, es que tiene múltiples efectos adversos, varias interacciones farmacológicas que son de cuidado y algunas contraindicaciones. El Litio es un medicamento que debe ser controlado y vigilado de una manera muy estrecha, por sus posibles efectos tóxicos, cuando sus niveles en sangre son altos.
La recomendación para el tratamiento con el litio, es el seguimiento cercano por parte del médico tratante, pero sobretodo que el paciente y los familiares conozcan el medicamento: los efectos secundarios, los síntomas cuando los niveles en sangre pueden estar altos, los medicamentos con los que no se puede combinar, y las circunstancias de salud que pueden afectar sus niveles en sangre. Siempre ante la duda, debe contactar a su médico tratante, y particularmente en aquellas circunstancias en las que empiece a manifestar síntomas de una crisis, con la finalidad de ajustar las dosis.