En Nueva York un brote de sarampión parece ser incontrolable. Luego de intentar con varias medidas, como instar a la población no vacunada a hacerlo o prohibir que los niños no vacunados asistan a la escuela, las autoridades han optado por exigencias más drásticas.
Como parte de la emergencia de salud pública declarada por el alcalde Bill de Blasio las personas que no estén vacunadas en Williamsburg, Brooklyn, deberán enfrentarse a multas de 1,000 dólares y la ciudad también multará o cerrará temporalmente las yeshivas que no cumplían con la medida.
"Este es el epicentro de un brote de sarampión que es muy, muy preocupante y debe tratarse de inmediato", dijo De Blasio en una conferencia de prensa en la localidad, según reseñó The New York Times. "La vacuna contra el sarampión funciona. Es segura, es efectiva, está probada en el tiempo", agregó.
"Ha habido un progreso real en el tratamiento del problema, pero simplemente no está funcionando lo suficientemente rápido y ha llegado el momento de adoptar un enfoque más musculoso", afirmó el alcalde.
En condados como es de Rockland también se han tomado medidas severas, a propósito de la emergencia, como prohibir que los niños que no han sido vacunados contra la enfermedad estén en lugares públicos cerrados como escuelas y centros comerciales. Pese a los esfuerzos, en Nueva York los casos de sarampión siguen aumentando y se han confirmado 285, desde rl inicio del brote en el otoño, cuando siete personas no vacunadas viajaron al exterior y trajeron el virus que de inmediato comenzó a propagarse.
El sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa: se puede propagar por contacto con fluidos nasales, de la boca o de la garganta, a través de estornudos o tos. El virus es tan potente que el 90% de las personas que entran en contacto con alguien infectado lo contraerán, a menos que hayan sido vacunadas.
El síntoma más evidente es una incómoda erupción cutánea que suele aparecer de unos 10 días después del contagio y puede durar de 4 a 7 días. También se pueden presentar ojos enrojecidos, tos, fiebre, sensibilidad a la luz, dolor muscular y congestión nasal.
Esta enfermedad había desaparecido de Estados Unidos en el año 2000 pero, debido a la falta de inmunización, volvió. Su regreso se debe, en parte, a que en Nueva York hay comunidades judía ortodoxas cuyos integrantes no se vacunan y a que en el país cada vez hay más padres que deciden no vacunar a sus hijos.
Nueva York no es la única región afectada. De acuerdo a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) entre el 1 de enero y el 21 de marzo de 2019, se confirmaron 314 casos de sarampión en otros 14 estados: Arizona, California, Colorado, Connecticut, Georgia, Illinois, Kentucky, Michigan, Missouri, Hampshire, Nueva Jersey, Oregón, Texas y Washington. Y la mayoría de quienes contrajeron la enfermedad no estaban vacunados.
Las medidas que se han tomado en los diferentes condados de Nueva York intentan poner freno a este brote. Las autoridades también continúan instando a los padres de niños y adolescentes a vacunar a sus hijos, sin embargo, la resistencia persiste.
"Estamos tratando de lograr el cumplimiento. Queremos que la gente entienda que esto es grave", dijo Ed Day, oficial del condado. Explicó también que las personas que no acaten la prohibición de ir a sitios públicos sin inmunización será referida al fiscal de distrito, y podría ser acusada de un delito menor que conlleva una sentencia potencial de hasta seis meses de cárcel o una multa de 500 dólares.
El sarampión puede traer serias complicaciones, especialmente, a niños menores de 5 años y adultos mayores de 20. Según los CDC, cerca de 1 de cada 4 personas que lo contraen será hospitalizada. 1 de cada 1000 presentará encephalitis (que puede causar daño cerebral) y 1 o 2 de cada 1000 morirán, así reciban atención médica.
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