¿Intestino irritable? En muchos casos es solo cambiar de dieta

El síndrome de intestino irritable (SII), es el trastorno funcional digestivo más frecuente en el mundo.

Afortunadamente, en la mayoría de los casos modificando la dieta se puede reducir el impacto de sus síntomas. Aquí te contamos qué alimentos debes evitar.

¿Intestino irritable? En muchos casos es solo cambiar de dieta
El dolor abdominal es uno de los principales síntomas del síndrome de intestino irritable. | Foto: GETTY IMAGES

Puntos clave

  • El síndrome de intestino irritable (SII), es un grupo de síntomas digestivos, que incluyen cólicos, dolor e hinchazón abdominal, estreñimiento y/o diarrea, y gases. 
  • Entre los alimentos que se deben evitar si tienes SII se encuentran los oligosacáridos (ajo, alcachofa, cebolla, hinojo, legumbres, o remolacha) y los disacáridos (leche, helado, o yogur).
  • También se debe tener cuidado con los monosacáridos (espárragos, cerezas, mango, manzana, miel o sandía) y los polioles (albaricoque, cerezas, ciruelas, coliflor, o pera).

El SII es un grupo de síntomas digestivos, que incluyen cólicos, dolor e hinchazón abdominal, estreñimiento y/o diarrea, y gases.

Estas molestias pueden ocurrir durante mucho tiempo (en algunos casos años) con períodos de agudización o mejoría.

Las causas por las que ocurre este trastorno no están del todo claras. En algunos casos, puede presentarse tras una infección intestinal bacteriana o por parásitos (yardiasis). Esto se denomina SII posinfeccioso.

Sin embargo, también existen otros tipos de desencadenantes, como estrés a temprana edad, modificaciones en la microbiota intestinal, alteraciones en los nervios del sistema digestivo, o contracciones musculares en el intestino.

El SII puede presentarse a cualquier edad, pero suele comenzar en la adolescencia o a principios de la vida adulta, siendo dos veces más común en las mujeres que en los hombres.

Su prevalencia varía según las distintas regiones del mundo. Por ejemplo, en EE. UU. se estima que afecta entre 10 y 15% de la población, en Europa entre 5 y 15%, en México alrededor del 20%, mientras que en el resto de Latinoamérica oscila entre 10 y 20%.

Qué alimentos evitar

En 2005 un grupo de investigadores de la Universidad de Monash, en Melbourne, Australia, publicó el término FODMAP, que deriva de fermentable oligosaccharides, disaccharides, monosaccharides and polyols (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables).

Estos son carbohidratos de cadena corta y alcoholes relacionados, que, al no ser absorbidos correctamente en el intestino delgado, pueden provocar molestias digestivas.

Según los investigadores, una dieta baja en FODMAP puede ayudar a disminuir los síntomas del SII, así como los de otras enfermedades inflamatorias intestinales, como colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn.

Estos son ejemplos de alimentos ricos en FODMAP, y que debes evitar si tienes SII:

  • Oligosacáridos: ajo, alcachofa, cebada, cebolla, centeno, frutos secos, como anacardos o pistachos, hinojo, legumbres, como garbanzos o lentejas, remolacha, puerro o trigo.
  • Disacáridos: leche, helado, o yogur. 
  • Monosacáridos: espárragos, cerezas, mango, manzana, miel y jarabe de maíz rico en fructosa, pera o sandía. 
  • Polioles: albaricoque, caramelos de menta o sin azúcar, cerezas, ciruelas, coliflor, manzana, melocotón, pera, sandía o setas.

Aunque existen distintos estudios que confirman que restringir los FODMAP de la dieta ayuda a controlar los síntomas digestivos a corto plazo en personas con SII, advierten que este tipo de alimentación puede ser perjudicial si se realiza durante largos plazos, principalmente por afectar la flora intestinal y la ingesta de nutrientes.

Por este motivo, es fundamental que se realice solo bajo recomendación y supervisión de un profesional de la salud.
Para aliviar los síntomas del SII, también se aconseja limitar o evitar:

  • Alcohol y la cafeína.
  • Alimentos con gluten, como cebada, centeno y trigo.
  • Alimentos que provocan inflamación y gases, como como brócoli, coliflor, coles de Bruselas, o legumbres.
  • Comida muy condimentada.
  • Grasas.
  • Productos ultraprocesados.

Otros consejos

La carga de las responsabilidades diarias puede provocar o exacerbar los síntomas del SII. Por eso, los profesionales aconsejan controlar el estrés para reducir su impacto sobre el organismo.

Entre las opciones más utilizadas para tratar este problema se encuentran:

  • Hipnoterapia: dirigida al intestino.
  • Técnicas de relajación: destinadas a ayudar a combatir el estrés y distender los músculos abdominales.
  • Terapia cognitivo-conductual: enfocada en ayudar a cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento para mejorar los síntomas del SII.

También se aconseja realizar ejercicio regularmente, alrededor de 150 minutos semanales de actividad física moderada. Sin embargo, cualquier actividad es útil para comenzar, incluso caminatas leves.

Finalmente, otro aspecto que no debe descuidarse son los patrones de sueño. Muchas veces el círculo vicioso de dormir mal lleva a estar ansioso, estresado, y hacer malas elecciones alimentarias.

Todo esto puede agudizar los síntomas del SII, por eso, se aconseja establecer horarios de sueño regulares e intentar dormir entre 7 y 8 horas diarias.

Cuando consultar al médico

Solo un pequeño porcentaje de las personas afectadas por SII presentan signos o síntomas graves. Generalmente, modificando la dieta, el estilo de vida y controlando el estrés, se puede reducir el impacto de este trastorno digestivo.

Deberás consultar a un profesional de la salud si los síntomas del SII se ven acompañados por:

  • Anemia.
  • Diarrea nocturna. 
  • Dificultad para tragar. 
  • Dolor persistente al expulsar gases o defecar. 
  • Pérdida de peso involuntaria. 
  • Sangrado rectal. 
  • Vómitos inexplicables.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.

No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.

Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.

Fuentes consultadas: Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Departamento de Agricultura de EE. UU., Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.

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