Nueva alerta por brote de E.coli en lechugas

Las autoridades sanitarias de los Estados Unidos y Canadá están investigando un brote multiestado de infecciones por Escherichia coli O157: H7, relacionado con las lechugas romanas de las regiones de cultivo de la Costa Central en el norte y centro de California, en EE.UU.

Esta aparición no guarda relación con el brote que tuvo lugar en la primavera de 2018, también relacionado con lechugas romanas, en el que murió una persona y 121 resultaron afectadas en 25 estados.

Si no sabes de dónde proviene la lechuga romana, no la comas.

Hasta el momento, no se ha identificado ningún productor, proveedor, distribuidor o marca comprometida.

Aunque desde los CDC recomendaron a los ciudadanos evitar el consumo de la planta y que los restaurantes y minoristas no sirvan ni comercialicen ninguna lechuga romana, un nuevo anuncio de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) indicó que retirarían la advertencia.

Esto se debe a que la agencia identificó como fuente de infección a la lechuga de "final de temporada". Esto quiere decir que a partir de esta semana los productos vendidos en las tiendas tendrán etiquetas que indiquen la región donde se cultivó junto con la fecha de cosecha. Al revisar esta información, los consumidores podrán determinar rápidamente si es seguro comer el producto.

¿Qué es la Escherichia coli?

Según el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIH) es una bacteria que vive en los intestinos de personas y animales, y es clave para un tracto intestinal saludable.

La mayoría de las cepas de E. coli son inofensivas, pero algunas pueden causar diarrea por contacto con agua o alimentos contaminados, mientras que otras pueden generar infecciones del tracto urinario, enfermedades respiratorias, cólicos abdominales, cansancio y fiebre.

Los CDC estiman que se producen 265,000 infecciones por año en Estados Unidos. Aproximadamente el 36% de éstas son causadas por E. coli O157: H7. Las personas generalmente se enferman tras una semana de haber consumido un alimento o agua contaminados con la bacteria.

Los antibióticos no se recomiendan para pacientes con sospecha de infección con E. coli hasta que se puedan realizar pruebas de diagnóstico. Algunos estudios han demostrado que administrar medicamentos a pacientes con infecciones por E. coli podría aumentar su riesgo de desarrollar síndrome hemolítico urémico.

El brote

Hasta la fecha se reportaron 43 personas infectadas (25 estadounidenses y 18 canadienses) con la cepa del brote de E. coli O157: H7 en 12 estados, en su mayoría mujeres. La aparición de la enfermedad se registra en las fechas comprendidas entre el 8 y el 31 de octubre de 2018.

Es posible que las enfermedades que ocurrieron después del 31 de octubre aún no hayan sido reportadas. Esto se debe a la demora existente entre que una persona se infecta y que el Estado lo haga oficial mediante un comunicado, y el proceso lleva varias semanas.

De las 38 personas de las que se dispone información, 16 fueron hospitalizadas, incluida una persona que desarrolló el síndrome urémico hemolítico, pero no se han reportado muertes en este nuevo brote.

La evidencia epidemiológica y de rastreo de Estados Unidos y Canadá indica que la lechuga romana recolectada en las regiones de cultivo de la Costa Central del norte y centro de California, es la fuente probable del brote.

Cómo evitar infectarse con E. coli

  • Los productos de lechuga romana se etiquetarán indicando su región y fecha de cosecha.
  • La prevención incluye todos los tipos o usos de lechuga romana (cabezas, corazones, bolsas y cajas de lechuga precortada y mezclas de ensalada).
  • Lava y desinfecta los cajones o estantes en los refrigeradores donde se almacenó la lechuga romana.
  • Los restaurantes y minoristas deben revisar la etiqueta en las bolsas o cajas de lechuga romana y consultar a sus proveedores acerca de la fuente de su producto.
  • La lechuga romana de cultivo en invernadero no se ha relacionado con este brote.
  • Si padeces de síntomas raros, contacta a tu médico, explícale lo que comiste en la semana previa a enfermarte y ayuda a los investigadores de salud pública respondiendo preguntas sobre tu enfermedad.

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