Cada año mueren en todo el mundo cerca de 2,6 millones de personas por culpa de la obesidad o el sobrepeso, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y el crecimiento es tal que se duplicó en sólo tres décadas, entre 1980 y 2008.
Con la obesidad como pandemia a vencer, las acciones deben ser públicas y amplias, y las dietas, más efectivas.
Pero hay una buena noticia dentro del contexto preocupante: los científicos creen que en los próximos 5 años se diseñarán planes individuales a partir de los datos genéticos y el comportamiento de cada uno.
Entonces, cada persona tendría su dieta personal y única. Según un artículo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.) y aparecido en Obesity, las dietas o planes para adelgazar mejorarán por medio de programas de precisión basados en la información genética, los hábitos dietéticos y la cantidad de ejercicio físico de cada persona.
No falta tanto para contar con estos avances, la medicina está dando enormes pasos para llegar a que se transforme en una realidad.
“En los próximos 5 años veremos el inicio del uso de una combinación de datos genéticos y de otros datos más sofisticados para el desarrollo de planes individualizados. Si bien ya hay muy buenos planes para perder peso a corto plazo, las estadísticas a largo plazo siguen siendo muy malas. Todavía no entendemos muy bien por qué se cae en la recuperación del peso perdido, ni desde un punto de vista genético ni conductual” dijo Molly Bray, directora de la investigación.
Los científicos estadounidenses predicen que, ya en un futuro próximo, las muestras de saliva permitirán conocer la secuencia genética de cualquier paciente. Y a ello se sumarán los sensores automáticos que permitirán conocer el entorno, dieta y niveles de actividad física y estrés de cada individuo. Entonces, introduciendo la información genética y de comportamiento en un algoritmo informático, se podrán ofrecer recomendaciones específicas de manera personalizada para lograr el peso ideal.
Es una suerte que muchos avances estén al alcance de la ciencia. “Los científicos ya tenemos las herramientas que necesitamos -dijo Bray- para investigar los programas de precisión para la pérdida de peso. El reto ahora es desarrollar las herramientas para analizar todos los datos”.
Una mirada a la genética para bajar de peso
Ya se conocen numerosos estudios que han identificado distintos genes relacionados con la obesidad, como un gen que promueve que la energía obtenida de los alimentos se almacene en lugar de ser gastada.
Los especialistas saben que decirle a la gente que su obesidad es genética, es importante. “Cuando le dices a una persona que sus genes pueden jugar un papel en su peso dicen: ‘Gracias, por fin alguien comprende que perder peso me resulta más difícil que a los demás’. Y esto les brinda un estímulo para cambiar su actitud” señaló Bray.
La estética no es la única razón para bajar de peso. La obesidad aumenta el riesgo de padecer numerosas enfermedades cardiovasculares, diabetes y distintos tipos de cáncer.