A la depresión postparto se le atribuyen varias causas: un desajuste hormonal, falta de sueño, experimentar un cambio de vida trascendental o que la mujer se siente sobrepasada por todo lo que significa ser madre. Un nuevo estudio arroja más luces sobre este asunto: la falta de luz solar tiene una influencia especial en su estado de ánimo.
Al tener un bebé es normal que la madre experimente ansiedad, irritación, tristeza o llantos inexplicables. Cuando esos sentimientos persisten dos semanas después del nacimiento o si comienzan un mes o más luego del parto o cesárea, hablamos de depresión postparto y puede llegar a ser tan grave que la mujer tenga ideas suicidas o incluso piense en hacerle daño al bebé.
La depresión afecta a una cada siete mujeres durante o después del embarazo, según la Asociación Americana de Psicología. La mayoría no recibe tratamiento.
Para profundizar más en las causas de esta enfermedad, la doctora Deepika Goyal y un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Francisco revisaron datos de 293 madres primerizas. La cantidad de luz diurna que recibieron durante el último trimestre del embarazo, historial de depresión, edad y cuántas horas dormían fueron algunos de los aspectos que analizaron.
El riesgo general de depresión era de 30% en las participantes. Además, la cantidad de horas de luz a las que estuvieron expuestas durante el último mes de embarazo y justo después del parto tuvo una gran influencia en la probabilidad de que desarrollaran síntomas. Por otro lado, el riesgo más bajo de depresión fue de 26% y ocurrió entre las mujeres cuyo último trimestre coincidió con más horas de luz.
"Se debe alentar a las mujeres a exponerse frecuentemente a la luz del día durante sus embarazos para mejorar sus niveles de vitamina D y suprimir la hormona melatonina", dijo Goyal. En su opinión, los médicos también deberían recomendar a sus pacientes que hagan más ejercicio al aire libre, cuando el clima y la seguridad lo permitan.
La menor exposición a la luz solar no solo se asoció con la gravedad de los síntomas depresivos: estos se hicieron más severos después del nacimiento de sus bebés.
En algunos casos la falta de luz solar puede ocurrir por razones naturales: si viven en países del hemisferio norte y el final del embarazo coincide con los períodos en los que se acorta la duración estacional del día, por ejemplo. Sea cual sea la razón, exponerse a la luz solar a durante el tercer trimestre podría minimizar los síntomas depresivos, incluso en los primeros tres meses de vida del bebé.
"Las caminatas diarias durante el día pueden ser más efectivas para mejorar el estado de ánimo que caminar dentro de un centro comercial o usar una cinta de correr en un gimnasio. Del mismo modo, las caminatas matutinas o nocturnas pueden ser relajantes, pero serían menos efectivas para aumentar la exposición a la vitamina D o suprimir la melatonina", explicó la doctora.
Las madres con antecedentes de problemas de salud mental y aquellas que ya experimentan síntomas depresivos en el tercer trimestre del embarazo pueden beneficiarse aún más de estar al aire libre. Dice la investigadora que si viven en una región con poca incidencia solar, pueden recurrir a dispositivos como cajas de luz para recibirla como terapia.
Los hallazgos de Goyal son consecuentes con otras investigaciones que se han hecho sobre la relación entre la exposición a la luz natural y la depresión en adultos, en general. El estudio se publicó en el Diario de Medicina Conductual de Springer.
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