El Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC), agencia especializada de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunció que cataloga los campos electromagnéticos de radiofrecuencia, que incluyen a los teléfonos móviles, como "posibles cancerígenos para el ser humano". Los mismo expertos se mostraron a favor de la utilización de auriculares y del envío de mensajes de texto como método para reducir el riesgo.
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"Las pruebas, que continúan acumulándose son muy fuertes para justificar una clasificación a nivel 2b" (uno de los cincos niveles de clasificación que define productos `posibles cancerígenos´ para el ser humano", consideró Jonathan Samet, presidente del grupo de trabajo, luego de una reunión en Francia, con unos treinta expertos de 14 países, bajo patrocinio del CIRC.
Puntos clave
- Es la primera vez que la organización mundial confirma el vínculo entre el uso del celular y el cáncer.
- Los campos electromagnéticos de radiofrecuencia que emiten los celulares pueden causar cáncer en humanos.
- La frecuencia del uso influye.
"El grupo de trabajo basó esta clasificación (...) en estudios epidemiológicos que muestran un riesgo creciente de glioma, tipo de cáncer del cerebro relacionado con el uso de teléfono inalámbrico", dijo Jonathan Samet en conferencia de prensa telefónica.
Esta clasificación significa que "puede haber riesgo, y que por lo tanto debemos vigilar de cerca la relación entre los teléfonos móviles y el riesgo de cáncer", agregó. Los expertos analizaron todos los estudios ya publicados sobre el tema.
Estudios recientes habían ya comprobado que el uso de los teléfonos celulares causaban diferencias en las funciones cerebrales, pero hasta ahora no se habían clasificado como cancerígenos.
Límites actuales de radiación
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de los Estados Unidos han desarrollado pautas que limitan la cantidad de energía de radiofrecuencia que pueden emitir los teléfonos celulares.
La exposición a radiofrecuencias a raíz de los teléfonos celulares se mide mediante la Tasa de Absorción Específica (SAR, por sus siglas en inglés). Esta tasa mide la cantidad de energía que absorbe el organismo. La SAR permitida en los Estados Unidos es de 1.6 vatios por kilogramo (1.6 w/kg).
De acuerdo con la FCC, esta cantidad es mucho menor que el nivel que ha demostrado provocar cambios en animales de laboratorio. Para comprobar esta emisión, se exige a todos los fabricantes de teléfonos celulares presentar un informe a la FCC sobre la exposición a RF de cada uno de sus modelos de teléfonos celulares.
Bajo la nueva clasificación de la OMS los celulares serían tan peligrosos como la lana de vidrio, los vapores de gasolina y el controversial insecticida DDT (Dicloro Difenil Tricloroetano) que se prohibió en 1972.