El cáncer y la diabetes casi nunca afectan a una remota y montañosa comunidad de enanos en Ecuador, lo que sugiere que podrían estar protegidos por el gen mutante que causa enanismo, según un estudio publicado el miércoles en una revista científica estadounidense.
Investigadores de varios países estudiaron, durante 22 años, a 100 personas anormalmente pequeñas y a 1.600 de sus familiares de estaturas normales que viven en las laderas andinas, indicó el informe en la revista Science Translational Medicine.
Puntos clave
Los enanos tenían síndrome de Laron, una deficiencia genética que impide que el cuerpo use la hormona del crecimiento.
Durante más de dos décadas, las personas con síndrome de Laron no tuvieron diabetes y solamente una fue diagnosticada de cáncer -un tumor de ovarios-, que tras el tratamiento no volvió a formarse.
Entretanto, 5% de sus familiares altos sufrió diabetes y 17% desarrolló cáncer, aún viviendo en la misma zona, lo cual sugiere que la hormona del crecimiento juega un importante papel en ello porque el resto de los riesgos genéticos y medioambientales fueron iguales.
"La gente que tiene un deficiente receptor de la hormona del crecimiento no desarrolla dos de las enfermedades más importantes vinculadas al envejecimiento", dijo el biólogo celular Valter Longo, de la Universidad Southern California.
No obstante, la expectativa de vida en general es igual en ambos grupos. En ese sentido, los investigadores hallaron además que aquellos con síndrome de Laron tienen más probabilidades de morir por abuso de alcohol y drogas, así como por accidentes, que sus familiares.
"A pesar de que los sujetos con deficiencia en la hormona de crecimiento parecen ser relativamente felices y normales, y se sabe que tienen funciones cognitivas normales, hay muchas causas extrañas de muerte, entre ellas muchas vinculadas al alcohol", explicó Longo.
El estudio no exploró las posibles razones psicológicas de este fenómeno.
La escasa frecuencia del cáncer, la diabetes y de los derrames cerebrales en esta población podría dar pistas en el tratamiento de estas enfermedades en otras poblaciones, tal vez bloqueando la hormona de crecimiento, dijo Longo.