El estudio, publicado en el Journal of the National Cancer Institute estudió a 71.000, quienes reportan beber dos o más de estas bebidas a diario.
La investigadora Susanna Larsson, quien lideró el estudio, y colegas dijeron tener pruebas suficientes de que este consumo de bebidas con alto contenido de azúcar aumenta el riesgo de cáncer del tracto biliar y de la vesícula, pero remarcaron que hacen falta más estudios.
Especialmente trabajos que analicen por separado el efecto sobre el cáncer del azúcar y de los edulcorantes.
El sobrepeso y la diabetes tipo 2 ya se relacionaron con el aumento de cáncer biliar, y es posible que las bebidas azucaradas funciones como una suerte de "agentes indirectos", ya que justamente son disparadores justamente de diabetes y de aumento de peso.
Los participantes fueron seleccionados de dos bancos nacionales suecos: el Swedish Mammography Cohort en el caso de las mujeres, y el Cohort of Swedish Men.
De acuerdo con información del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, "La vesícula biliar es un órgano con forma de pera ubicado debajo del hígado. Almacena bilis, un líquido producido por el hígado para digerir las grasas. Cuando el estómago y el intestino digieren los alimentos, la vesícula biliar libera bilis a través de un tubo denominado conducto biliar común. Ese conducto conecta a la vesícula biliar y el hígado con el intestino delgado".
La misma fuente indica que el cáncer de la vesícula biliar es muy poco común. Ocurre más frecuente en mujeres e indios nativos norteamericanos. Los síntomas incluyen:
- Ictericia (color amarillo de la piel y en las partes blancas de los ojos)
- Dolor más arriba del estómago
- Fiebre
- Náuseas y vómitos
- Hinchazón del abdomen
- Nódulos en el abdomen
El cáncer de la vesícula es difícil de detectar en sus etapas tempranas. Los médicos suelen encontrarlo al extirpar la vesícula por causa de otra enfermedad.
Las personas con cálculos en la vesícula biliar raramente presentan este cáncer. El cáncer de la vesícula puede ser difícil de tratar porque a menudo no se detecta hasta que ya se ha desarrollado. Las opciones de tratamiento incluyen la cirugía, quimioterapia, radiación o una combinación de terapias.