A medida que los casos de COVID-19 se propagan por todo el país, modificando dramáticamente las rutinas de las personas, un número creciente de empresas, y familias, están cambiando la forma en que lidian con los muertos.
Las funerarias, que ya conocen bien cómo prevenir enfermedades, están implementando protocolos aún más estrictos para manejar cuerpos infectados con el nuevo coronavirus.
A las familias de personas que mueren por cualquier causa, no solo COVID-19, se les pide que conmemoren a sus seres queridos en eventos breves, o que cambien o pospongan servicios funerarios. También que reduzcan el número de asistentes, y que utilicen cada vez más las herramientas en línea.
“La gran mayoría de las familias entiende”, dijo Matt Levinson, presidente de una funeraria de Maryland que está limitando los servicios privados junto al féretro a 10 personas o menos para cumplir con las pautas federales. “No los satisface, pero entienden que la seguridad es más importante”.
En el estado de Washington, donde más de 1,200 personas han contraído el virus y más de 65 han muerto, las funerarias Seattle y otras áreas están recibiendo más cuerpos.
“Una vez que el sistema médico se colma, ¿quién es el próximo?”, dijo Sandra Walker, presidenta de la Washington Cemetery, Cremation and Funeral Association. “Seríamos nosotros”.
En los Estados Unidos, alrededor de 7,800 personas mueren cada día, un número que solo se espera que aumente. Es imposible predecir cuántas personas morirán a causa de COVID-19, con estimaciones que van desde decenas de miles hasta más de dos millones, en el peor escenario.
Se espera que eso genere un aumento sombrío en los negocios funerarios y crematorios, dijo Barbara Kemmis, directora ejecutiva de la Cremation Association of North America. Casi el 55% de las personas en el país optan por la cremación, y aproximadamente el 40% elige entierros tradicionales.
“Hemos salido de la temporada de gripe y del clima invernal en gran parte del país, cuando las tasas de mortalidad suelen ser más altas”, dijo Kemmis. “Pero las funerarias ahora se están preparando en vez de desacelerar”.
Las pautas del gobierno federal que prohíben las reuniones de más de 10 personas, además de las directivas estatales y locales que ordenan a los residentes permanecer en sus hogares, restringirán todos los rituales, excepto los más básicos.
En Washington, DC, el Cementerio Nacional de Arlington está cerrado al público en general para detener la propagación del virus. Aunque todavía se pueden celebrar funerales, al menos tres docenas se han pospuesto en los últimos días, dijo Barbara Lewandrowski, directora de asuntos públicos del cementerio.
“Cada familia tiene una razón personal para esperar”, dijo.
Jack Mitchell, vocero de la National Funeral Directors Association y director de una funeraria en Baltimore, tenía programado un servicio para el jueves 19 de marzo en un centro de retiro local. En medio de las preocupaciones por el coronavirus, el centro canceló abruptamente la ceremonia de cremación y la recepción posterior.
“Voy a mantener la urna y tendrán el servicio más adelante”, dijo Mitchell.
A medida que los trabajadores de las funerarias manejan más cuerpos potencialmente infectados con el virus, están duplicando sus precauciones habituales, dijo Rob Goff, director ejecutivo de la Washington State Funeral Directors Association.
“Todavía no estamos seguros de cuánto tiempo permanece el virus en el tejido humano muerto”, dijo.
Funcionarios de salud aconsejan a los trabajadores que transportan cuerpos de personas que han muerto por COVID-19 que usen máscaras sobre la boca y la nariz porque los cuerpos pueden exhalar el virus cuando se mueven.
Los trabajadores también deben usar bolsas dobles para contenerlos, dijo Goff. Las pautas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) exigen desinfectar el exterior de las bolsas para cadáveres y seguir las precauciones de embalsamamiento para los virus difíciles de matar.
Las funerarias desalientan tocar o besar los cuerpos de las personas que han muerto por COVID-19, dijo Bob Achermann, director ejecutivo de la California Funeral Directors Association.
“En aquellas culturas en las que la costumbre es limpiar el cuerpo o envolverlo en una mortaja, habría que pensar si es aconsejable si la persona tuvo COVID-19”, dijo.
Más preparaciones y funerales se están haciendo por internet, agregó Achermann, para proteger al personal, las familias y los invitados de posibles infecciones.
Como resultado, aumenta la demanda de transmisiones virtuales de funerales y otros servicios en línea. Los sitios web relacionados con funerales, incluidos eCondolence.com y shiva.com, han visto un “tremendo aumento” en el tráfico en línea, dijo Michael Schimmel, director ejecutivo de Sympathy Brands, un mercado en línea.
“La gente solo quiere asegurarse de hacer lo correcto”, dijo.
David Lutterman, director ejecutivo de OneRoom, una firma internacional que se ha especializado en la transmisión en vivo de funerales durante la última década, dijo que las 100,000 visitas semanales de la compañía han aumentado aproximadamente en un 60%.
“La capacidad de transmitir un servicio se ha convertido de pronto en la tarea más importante de una funeraria”, dijo Lutterman.
Aun así, es difícil para las familias que no pueden llevar el luto habitual. En la funeraria Sol Levinson & Bros, en Pikesville, Maryland, los miembros del personal aconsejan a la clientela judía que renuncie al tradicional ritual de la “shiva” que invita a los dolientes a reunirse en la casa de la familia, dijo Levinson.
En Hayward, California, donde está vigente una orden de permanecer en casa, las visitas en persona continúan en Chapel of the Chimes, un complejo de cementerios y funerarias de 61 acres. Pero los visitantes llegan a distintas horas para mantener grupos de menos de 10 personas y seguir las pautas de distanciamiento social e higiene.
“Nuestras familias están siendo increíblemente amables”, dijo David Madden, gerente general, señalando que las funerarias se consideran negocios esenciales que pueden permanecer abiertos.
Muchos directores de funerarias en el estado de Washington están limitando el número de miembros de la familia permitidos en las salas de espera y oficinas, o están haciendo negocios usando el correo electrónico, la firma remota de documentos y otras herramientas a distancia. Eso significa menos apoyo en persona para las familias.
“Por lo general, cuando las personas están de duelo, les gusta consolarse mutuamente”, dijo Walker. “Ya es un momento difícil para las familias, y esto agrava su dolor”.
Walker y otros observan de cerca cómo los expertos en salud pública trabajan para frenar el creciente número de casos de COVID-19. Ha visto los informes atemorizantes de Italia, donde se han prohibido los funerales tradicionales y los cuerpos se acumulan en las morgues de los hospitales.
No especularía sobre si ese escenario podría suceder en los Estados Unidos.
“No quiero decir que vamos a ser Italia”, dijo. “Solo creo que tenemos que ir un día a la vez. O, como le dije a mi equipo hoy, una hora a la vez”.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation, no relacionado con Kaiser Permanente.