Billetes, billetes. Algo que circula por todas las manos del mundo, quien sabe cuántas veces al día, incluso en la era de las tarjetas de crédito y los pagos por internet.
Este producto de la vida moderna, fabricado con papel a base de algodón y lino, no solo significa que tenemos dinero, sino también una cantidad innumerable de gérmenes.
Un estudio publicado en Future Microbiology en 2014 comprobó que cuanto más libre es la economía de mercado, mayor circulación hay de billetes, y por ende más microorganismos que se trasladan de billetera en billetera, de mano en mano.
¿Se puede propagar el coronavirus por esta vía? La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que sí, y sugiere usar la tecnología para pagos, en vez de efectivo. "Sabemos que el dinero cambia de manos con frecuencia y puede concentrar todo tipo de bacterias y virus", dijo un vocero de la OMS al periódico Telegraph.
“Recomendamos a las personas que se laven las manos después de manipular billetes y eviten tocarse la cara”, agregó.
Es posible, pero expertos aclaran que el riesgo de infectarse por coronavirus por esta vía es muy bajo. En una entrevista con The Guardian, la doctora Christine Tait-Burkard, epidemióloga del Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo dijo que “a menos que alguien esté usando un billete de banco al momento de estornudar, no habría que preocuparse demasiado".
La cantidad de contaminación de los billetes varía ampliamente dependiendo del país. El mismo estudio mencionado antes indica que el 88% de los billetes analizados en Arabia Saudita revelaron contaminación con una variedad de microorganismos, mientras que 94% de los billetes de $1 analizados en los Estados Unidos estaban contaminados.
Otro trabajo publicado en 2017 en Scientific American destaca algo producto del sentido común: cuánto más tiempo está el billete en circulación, más contaminado puede estar. El lavado de dinero cobra un sentido distinto en este contexto: habría que limpiarlo para descontaminarlo.
En este trabajo, el experto Manolis Angelakis, quien ha estudiado al dinero como foco infeccioso en la Universidad de Aix-Marseille dijo que el riesgo es el ciclo que sigue al uso de dinero. “Usualmente la gente usa dinero y luego toca alimentos, se toca la boca”, explicó.
Angelakis dijo que, aunque no hay evidencia ciento por ciento concreta que revele una conexión definitiva entre “dinero sucio” y enfermedad, sí hay mucha evidencia circunstancial, que muestra la transmisión persona a persona y superficie-persona. Cita un estudio pequeño en el cual 10 personas usaron tazas de café contaminadas con rinovirus, y la mitad de los participantes desarrolló la infección.
Otra investigación de la Universidad de Nueva York realizó un análisis genómico de billetes, y encontró todo tipo de patógenos y una variedad de ADN (el material genético de las células), incluido trazos de genes de rinoceronte blanco.
¿Se llegará al día en que se haga realidad una sociedad sin dinero? Una pregunta difícil de responder, pero si ocurre, desaparecerá una fuente importante de gérmenes que enferman. Incluido el coronavirus.