Un grupo de investigadores halló que el itraconazol (antimicótico) y fluoxetina (antidepresivo) se pueden reutilizar, en conjunto con Remdesivir, para atacar al Coronavirus SARS‐CoV-2.
Desde que comenzó la pandemia se buscan desarrollar tratamientos antivirales eficaces y seguros que minimicen las consecuencias de la COVID-19. Una forma rápida de cumplir con esta demanda es reutilizar distintos medicamentos.
Esto llevó a un grupo de expertos de la Universidad de Muenster, en Alemania, a probar el potencial antiviral de dos fármacos: itraconazol, un antimicótico, y fluoxetina, un antidepresivo.
Itraconazol es un medicamento que se usa para retrasar el crecimiento de los hongos que causan infecciones en los pulmones, uñas, boca, garganta o esófago.
La fluoxetina (Prozac) se usa para tratar la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo, algunos trastornos alimenticios y ataques de pánico. Mientras que la fluoxetina (Sarafem) se usa para aliviar los síntomas del trastorno disfórico premenstrual, incluyendo cambios en el estado de ánimo, irritabilidad, distensión abdominal y sensibilidad en los pechos.
Ambos medicamentos se pueden encontrar en forma de tabletas, cápsulas o líquido.
Uso con Remdesivir
La nueva investigación, publicada en British Journal of Pharmacology, encontró tras realizar pruebas de laboratorio, que el itraconazol y la fluoxetina mostraron una actividad antiviral eficaz contra la infección por SARS-CoV‐2.
Sin embargo, para conseguir este efecto, los autores combinaron cada medicamentos con el antiviral Remdesivir, que a finales de octubre de 2020 se convirtió en el primer medicamento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) para tratar la COVID-19.
Remdesivir se administra por vía intravenosa, y el laboratorio que lo fabrica, Gilead Sciences, señaló que solo debe usarse en un hospital o en un entorno de atención médica capaz de brindar atención aguda comparable a la que se ofrece en un centro de salud.
Los resultados finales que se utilizaron para aprobarlo, publicados en The New England Journal of Medicine, señalaron que las personas que recibieron Remdesivir se recuperaron en un plazo de 10 a 11 días, en comparación con los 15 días que tardaron aquellos pacientes que solo recibieron atención de base, como oxígeno e hidratación a través de líquidos intravenosos.
Respecto a las muertes por la enfermedad entre los pacientes que tomaron Remdesivir y los que no, no se hallaron diferencias significativas.
Potencial antiviral
Aunque aún no existe evidencia sobre la efectividad de itraconazol y la fluoxetina para prevenir la COVID-19 en las personas, las simulaciones realizadas en laboratorio mostraron que lograron disminuir la producción de células infectadas en un 90%.
El siguiente paso es realizar ensayos clínicos, aunque los autores del trabajo, liderados por la doctora Ursula Rescher, suponen que los tratamientos combinados de itraconazol y fluoxetina junto con Remdesivir podrán ofrecer un tratamiento superior para inhibir al SARS‐CoV‐2.
"La vacunación preventiva y los medicamentos terapéuticos contra la enfermedad son necesarios para combatir las pandemias", afirmó Rescher.
Cabe resaltar que el itraconazol y la fluoxetina puede provocar distintos efectos secundarios: acidez, ansiedad, boca seca, bostezos, cambios en el deseo y capacidad sexual, confusión, debilidad, diarrea, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza, nerviosismo, náuseas, pérdida de apetito y peso, problemas para dormir o mantenerse dormido, sudoración excesiva, temblores incontrolables.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, los hallazgos provenientes de pruebas en laboratorios o estudios preclínicos no deben tomarse como una posible terapia contra el coronavirus.
Recuerda, buscar tratamientos para la COVID-19 por fuera de las recomendaciones de los expertos no solo pone tu vida en riesgo sino también puede entorpecer la labor de los profesionales de la salud.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., British Journal of Pharmacology, Clínica Mayo, The New England Journal of Medicine.