En la conferencia de prensa que ofreció el presidente Donald Trump el miércoles 26 de febrero, su primer mensaje fue que la decisión de restringir la entrada de vuelos y pasajeros no estadounidenses, que llegaban a los Estados Unidos desde zonas afectadas por el coronavirus "fue exitosa", porque "nuestro deber es proteger a los estadounidenses".
El presidente anunció que el vicepresidente Mike Pence estará a cargo de la respuesta contra el COVID-19.
Pence dijo que hay recursos y que trabajará con todas las agencias para proteger a los ciudadanos. Por su parte, el secretario de salud y servicios sociales, Alex Azar, dijo que el riesgo para los Estados Unidos permanece bajo, pero que habrá más casos.
Trump aseguró que los Estados Unidos están entre los mejores en respuesta a epidemias, citando un estudio de la Universidad Johns Hopkins.
No se dieron mucho más detalles sobre cómo operará este grupo.
Rodeado de expertos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y de los Institutos Nacionales de Salud, Trump dijo que hay 15 personas que originalmente llegaron con el virus a los Estados Unidos y de ellos cinco ya están completamente recuperados. Uno solo permanece en el hospital.
El presidente aseguró que la diseminación se está haciendo más lenta en China, de acuerdo a la charla que tuvo con el presidente de ese país. Y destacó que la gripe (influenza) mata a 60,000 personas en los Estados Unidos cada año.
La doctora Anne Schuchat, directora ejecutiva de los CDC enfatizó lo que Azar dijo sobre el aumento de casos en el país, y que éste es el momento para prepararse. Por su parte, el doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas dijo que se comenzará una prueba con una vacuna en dos a tres meses.
El proceso total para estudiar la eficacia de la vacuna llevaría un año.
La administración Trump desmembró su equipo de respuesta a amenazas de salud pública en 2018, cuando despidió al almirante Timothy Ziemer. El resultado es que ahora no hay una persona a cargo de liderar la respuesta ante el coronavirus.
Trump también ha propuesto reducir drásticamente el presupuesto de los CDC —el organismo federal que lidera estos esfuerzos de salud pública— hasta en un 90%.
El Congreso siempre ha rechazado estos intentos de reducir el gasto en salud pública, y de hecho ha aprobado presupuestos mayores a los sugeridos por la Casa Blanca.
¿El país en riesgo?
Los CDC advirtieron el martes 25 de febrero que el coronavirus, que empezó como brote en la región de Wuhan, en China, se puede comenzar a propagar en las comunidades de los Estados Unidos.
En una charla con periodistas, oficiales de salud dijeron que esta diseminación del nuevo coronavirus, conocido oficialmente como COVID-19, podría generar graves "interrupciones" en la vida cotidiana de las familias estadounidenses.
"Como hemos visto recientemente en países con propagación comunitaria, el virus se ha movido bastante rápido. Queremos asegurarnos que el público estadounidense esté preparado", dijo Nancy Messonnier, directora del Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias de los CDC.
"A medida que más y más países experimentan esta propagación a niveles locales, la contención exitosa en nuestras fronteras se vuelve cada vez más difícil", dijo.
Hasta el 25 de febrero, se han diagnosticado 14 casos del virus en los Estados Unidos, todas personas que habían viajado o vuelto de China dentro de las dos semanas antes del diagnóstico.
Otro grupo de estadounidenses se infectó mientras estaba en cuarentena en el crucero Diamond Princess, y permanecen en cuarentena en bases militares de California y Texas.
En total suman 60 personas las que ahora están en tratamiento en suelo estadounidense.
Los funcionarios dicen que la expansión reciente en Corea del Sur, Irán y en Italia —en este último país ya hay más de 220 casos— revela un patrón de propagación importante, que puede reproducirse en suelo estadounidense.
Cómo empezar a prepararse
Los CDC instaron a las empresas y familias estadounidenses a comenzar a prepararse para la posibilidad de un brote más grande.
1. Los padres deberían preguntar en las escuelas de sus hijos sobre los planes de cierre.
2. Las empresas deberían considerar si pueden ofrecer opciones de trabajo a distancia a sus empleados.
3. Los hospitales podrían necesitar expandir los servicios de telemedicina.
Este fuerte mensaje de los CDC se contradice con el más reciente de la Casa Blanca, que dijo que el riesgo de diseminación local "era bajo". El gobierno federal ha destinado $1.8 mil millones para contener un brote.
Esta diseminación más veloz podrían modificar los criterios de diagnóstico, y que no solo se evalúe a personas que hayan viajado a China.