Michelle Bolsonaro, la esposa del presidente de Brasil, también ha dado positivo para COVID-19.
La última vez que se vio a la primera dama brasileña, de 38 años, en público fue el miércoles 29 de julio, en un acto oficial.
Jair Bolsonaro dijo que su esposa "está bien y siguiendo todos los protocolos que indican los médicos".
Luego de ridiculizar la gravedad de la pandemia por meses y de aparecer en público sin máscara en reiteradas oportunidades, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, confirmó que dio positivo para COVID-19 el 7 de julio.
Bolsonaro confirmó los resultados, luego de someterse a varias pruebas, en una conferencia de prensa en Brasilia, y usando un cubrebocas.
"Estoy bien, normal. Incluso quiero salir a pasear, pero no puedo debido a recomendaciones médicas", dijo Bolsonaro.
Brasil es en este momento un foco global de la pandemia de COVID-19. Según el seguimiento en tiempo real de casos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, Maryland, el país tiene al 31 de julio más de 2.6 millones de casos, con más de 95,000 muertes. El primer caso de COVID-19 en Brasil se registró el 26 de febrero.
A nivel mundial, Brasil lidera la triste lista de países con más diagnósticos de COVID-19, luego de los Estados Unidos.
Desde el comienzo de la pandemia, Bolsonaro manifestó que el nuevo coronavirus no era más que "un simple resfriado", y que era imposible proteger a toda la población.
Siguiendo su lógica, nunca puso al país por completo en cuarentena, y la consecuencia de salud pública fue un número récord de casos que por momentos ha superado a los 10,000 diagnósticos diarios.
El fin de semana del 4 de julio ya se venía especulando sobre la salud del presidente Bolsonaro. El lunes 6, le dijo a los periodistas que se había hecho una radiografía, y fue cuando le recomendaron hacerse la prueba para COVID.
Bolsonaro dio negativo tres veces en marzo después de reunirse con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en Florida. Varios miembros de su delegación que participaron de ese viaje y de los encuentros de los mandatarios luego dieron positivo para COVID-19.
El presidente de Brasil tiene 65 años, lo cual lo coloca en la edad en que se comienza a tener más riesgo de desarrollar complicaciones a causa de COVID.
Mientras las muertes por COVID-19 en Europa y en los Estados Unidos están tendiendo a disminuir, ésta no es la realidad en Latinoamérica.
La doctora Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, advirtió que el coronavirus se está propagando "exponencialmente" en muchas áreas de la región.
El número de muertes en Brasil, México y Perú se ha duplicado aproximadamente cada tres semanas.
Un estudio de la Universidad de Washington alertó que la cifra de muertos en Brasil podría ascender a 125,000 para principios de agosto.
Un informe del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas alertó sobre una grave consecuencia socioeconómica de COVID-19: 16 millones de personas en la región están al borde del hambre por la crisis que ha generado la pandemia.
El informe indica que el número de personas que pasan hambre se elevará de 3.4 millones a casi 14 millones en el curso de 2020.
Y esta ola de hambre está afectando especialmente a las áreas megaurbanas, en donde ya el 17% de la población tiene una sola comida al día.
El 69% de los hogares en Latinoamérica y el Caribe se han visto afectados económicamente por la pandemia.