No es sólo la grasa de la carne roja lo que la hace tan mala para el corazón, sino el alto contenido de carnitina, afirma el Dr. Stanley Hazen, de la Clínica Cleveland, en una explicación nueva y sorprendente sobre por qué este alimento aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas.
La carnitina es una sustancia presente en gran medida en la carne roja, pero también se encuentra en otros alimentos como el pescado y pollo, e incluso los lácteos, pero en menor cantidad.
El verdadero culpable, dicen los científicos, es el TMAO, un químico que produce las bacterias en el estómago inmediatamente después que la gente come carne roja, que una vez en la sangre, aumenta el riesgo cardíaco. Éste es generado por el hígado al descomponer la carnitina de la carne, e impide que se elimine del cuerpo el exceso de colesterol malo.
¿Una razón para dejar de lado los sabrosos bistecs? No, el Dr. Hazen, líder del estudio dice que la carne contiene vitamina B y proteínas que son esenciales para la salud, y que es el consumo excesivo lo que produce daño.
Y agregó que el resultado de esta investigación puede servir para generar antibióticos que anulen la propagación de las bacterias intestinales que provocan el riesgo cardíaco.
Lunes sin carne
Como parte de una toma de conciencia sobre los peligros de la carne roja, el movimiento “Lunes Sin Carne” propone dejarla de lado, al menos un día a la semana. En 2009, Paul McCartney lo introdujo en Gran Bretaña, pero ya se ha extendido a los cinco continentes.
Desde entonces, muchas otras personalidades han adoptado y apoyado el movimiento: Oprah Winfrey, Yoko Ono, Simon Cowell, Gwyneth Paltrow, y Al Gore, entre otros.
En EEUU, los "Lunes Sin Carne" ya son una realidad en Los Ángeles, Washington D.C. y San Francisco.
Los científicos dieron filetes de carne roja a personas que consumen habitualmente carne roja y a vegetarianos. Y resultó que los niveles de TMAO se dispararon en los primeros, y no tanto en los veganos; la explicación de los médicos es que quienes consumen carne a menudo tienen más bacterias en su organismo, es decir, más capacidad para producir TMAO.
Este hallazgo se suma a otras evidencias sobre el efecto nocivo que el consumo excesivo de carnes rojas produce en la salud en general.
Varios estudios han probado que aumentan el colesterol y el riesgo de padecer diabetes y cáncer.