Tomar estatinas es una de las formas más efectivas de mantener a raya los niveles de colesterol, pero muchos pacientes prefieren no seguir el tratamiento a largo plazo por sus posibles efectos secundarios, especialmente, los dolores musculares. Pero, ¿son reales?
Las estatinas se utilizan para reducir el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL), una sustancia parecida a la grasa que se acumula en las arterias. Estos fármacos pueden disminuir considerablemente el riesgo de un ataque al corazón y también puede ayudar a evitar procedimientos como poner stents coronarios.
En un reporte reciente de The Medical Letter (TML) explican que, aunque es cierto que las estatinas son bien toleradas, a menudo los pacientes informan tener dolor muscular y debilidad. No se ha podido precisar la incidencia de los dolores musculares asociados al fármaco, conocidos como mialgia de la estatina, porque no hay evidencias concluyentes.
En estudios controlados un mínimo porcentaje de personas que la tomaron, así como aquellas que tomaron placebo, reportaron síntomas musculares, según TML. Y en ensayos aplicados a la vida real, entre el 10% y 29% de las personas que la tomaron informaron dolores o dolores musculares.
Otro posible efecto adverso de las estatinas es la rabdomiólisis, que es la liberación de fibras musculares en la sangre a causa de la descomposición del tejido muscular; dichas sustancias son nocivas para el riñón y pueden producir daño renal. Esta afección se manifiesta con dolores musculares, debilidad y un tono oscuro de la orina.
Sobre la rabdomiolisis y la orina oscura, en el reporte de TML se lee que pueden producirse en raras ocasiones y, pese a los estudios llevados a cabo, el daño no está claro. Por otro lado, la base de datos del Sistema de Reporte de Eventos Adversos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la incidencia de rabdomiólisis asociada con estatinas es de menos de 13 casos por un millón de prescripciones.
A finales de 2018 una revisión de decenas de estudios llevada a cabo por la Asociación Americana del Corazón (AHA, por su sigla en inglés) concluyó que los efectos secundarios del fármaco son poco comunes. Una de las autoras, Lynne Braun, experta en enfermedades del corazón, dijo que esperaba que estos resultados pusieran fin a cualquier idea equivocada de los pacientes y que, si estos están preocupados por tomar estatinas, debían hablar con sus médicos sobre cuál es la más conveniente, sin dejar de tomarlas.
Una posible explicación
Jorge Plutzky, director de cardiología preventiva del Hospital Brigham and Women's, explica en una publicación de la Escuela de Medicina de Harvard que los problemas musculares son un efecto secundario conocido de las estatinas, que las complicaciones graves son extremadamente raras y que si hay síntomas musculares, en general, se pueden resolver bajando la dosis o cambiando a otro fármaco. "Además, todas las personas piensan que no pueden tolerar las estatinas, cuando realmente pueden", agrega.
Para el doctor Plutzky hay una posible explicación al enigma de los dolores musculares y las estatinas: el efecto nocebo. Este ocurre cuando las personas experimentan efectos negativos de un medicamento o de un placebo basado en sus expectativas de daños. Por ejemplo, leer los efectos secundarios enumerados en las etiquetas del fármaco puede alimentar esas expectativas, así como las anécdotas de amigos o familiares.
El especialista dice haber visto este fenómeno entre sus pacientes y que también hay evidencia documentada. Los hallazgos sugieren que un buen número de personas que piensan que no pueden tolerar las estatinas, pueden estar equivocadas, sin embargo, también reafirman que sí hay personas verdaderamente intolerantes al fármaco.
Para saber si el medicamento es el verdadero responsable del dolor muscular, el médico tiene varias sugerencias. Evaluar si el malestar es reciente o si comenzó pocas semanas después de tomar la estatina; si afecta a ambos lados del cuerpo (si duele una sola pierna, es menos probable que sea por el fármaco) y si es inexplicable (no hubo un golpe o una lesión previa).
La recomendación de Plutzky es que si sospechas que la estatina puede ser la causa del dolor, hables con tu médico para buscar soluciones al problema. Y “piensa dos veces antes de decidir renunciar a un medicamento que ha beneficiado a millones de personas".
Los estudios y los especialistas coinciden en que los beneficios de tomar estatinas para la salud cardiovascular superan los riesgos.
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