Muchas personas se sienten molestas cuando oyen los suspiros, el masticar o los simples bostezos de otros, sonidos casi imperceptibles se les vuelven insoportables. No se trata de alguien intolerante, es probable que padezca de misofonía.
La misofonía es un trastorno neurológico en el que los estímulos auditivos, y en ocasiones visuales, son malinterpretados por el sistema nervioso central. No obstante, este trastorno y sus causas, siguen siendo prácticamente un misterio, informa Heart-it.org, una entidad sin fines de lucro que estudia los problemas auditivos.
Aunque muchas personas han padecido este trastorno auditivo durante años, recién en la década del 90 se lo reconoce como enfermedad. Sin embargo, no hay información en los sitios oficiales de salud que permitan saber qué incidencia tiene en la población.
¿Cómo es vivir con misofonía?
La misofonía puede volver e las personas irritables, antisociables e incomprendidas, por eso, es importante conocer más detalles de cómo les afecta esta enfermedad.
“Las personas con misofonía se ven afectadas emocionalmente por sonidos comunes, por lo general, aquellos producidos por otros y a los que otras personas no les prestan atención. Los ejemplos anteriores (respirar, bostezar o masticar) crean una respuesta que desencadena la ira y el deseo de escapar” dice el Dr. James Cartreine, de la Escuela de Medicina de Harvard.
Este trastorno es poco estudiado y no sabemos qué tan común es. Afecta a algunos más que a otros y puede llevar al aislamiento, ya que las personas intentan evitar estos sonidos desencadenantes.
Las personas que tienen misofonía a menudo se sienten avergonzadas y no lo mencionan a los proveedores de atención médica. No obstante, es un problema de salud real que compromete seriamente la socialización y, en última instancia, la salud mental. Generalmente aparece alrededor de los 12 años, añade Cartreine.
¿Qué causa la misofonía?
Si bien el término misofonía es relativamente nuevo, la sobrerrespuesta auditiva y las sensibilidades auditivas se han estudiado durante décadas.
La misofonía es un trastorno de base neurológica en el cual ciertos estímulos auditivos son malinterpretados como peligrosos o amenazantes.
Algunos individuos con misofonía también son afectados por estímulos visuales comunes. Estos estímulos o desencadenantes causan una reacción fisiológica grave y estrés emocional, según la International Misophonia Research.
El origen está en el cerebro
Para saber qué causa la misofonía en especial, un equipo de investigación británico estudió a 20 adultos con misofonía y a 22 sin ella.
Al exponerlas a diferentes sonidos, las personas con misofonía calificaron los ruidos de comer y respirar como altamente perturbadores, mientras que los que no tenían el trastorno, no lo hicieron. Ambos grupos calificaron como desagradable el llanto de los bebés y los gritos de las personas, y tuvieron una respuesta similar con los sonidos neutros.
Esto confirmó que las personas misofónicas se vieron mucho más afectadas por ciertos sonidos específicos.
Los investigadores también notaron que las personas con misofonía mostraban signos fisiológicos mucho más intensos de estrés (aumento del sudor y de la frecuencia cardíaca) a los sonidos desencadenantes del masticar de otra persona por ejemplo, y a la respiración, algo que no sucedía en quienes no lo padecían, según informó la Escuela de Medicina de Harvard.
¿Qué tratamientos existen para la misofonía?
Algunas personas intentan enmascarar los ruidos detonantes con música, otros simplemente intentan evitarlos.
Dependiendo de la gravedad de la misofonía, las consecuencias pueden llegar a ser muy serias, sobre todo en las relaciones sociales y familiares.
Hay algunas clínicas de misofonía en EE. UU. Y existen tratamientos como la distracción auditiva (con ruido neutro o auriculares) y la terapia cognitiva conductual, opciones que han demostrado cierto éxito en la mejora del trastorno.
El apoyo profesional y familiar puede ayudar a sobrellevar el problema.
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