Quién es más solidario ¿los hombres o las mujeres?

A la hora de decidir compartir o ayudar a otros, hombres y mujeres no actúan del mismo modo. Al parecer, el comportamiento está relacionado con la dopamina

Al examinar qué respuesta tiene en una determinada zona del cerebro la acción de dar o guardar dinero para sí mismo, se observaron notables diferencias: en las mujeres, parte del cerebro mostró una mayor respuesta al compartir el dinero, mientras que en los hombres, la misma estructura mostró más actividad cuando lo conservaron para ellos, según un pequeño estudio recién publicado en Nature Human Behavior.

Quién es más solidario ¿los hombres o las mujeres?
La dopamina juega un papel importante en las decisiones y valores sociales. | Foto: ISTOCK

Si bien la solidaridad hace bien a la salud mental de ambos sexos, las mujeres tienden a ser más altruistas que los hombres, según estudios previos, pero ahora los científicos fueron más allá y buscaron el origen de esa diferencia.

Según dijo a CNN Philippe Tobler, investigador de la Universidad de Zurich, en Suiza,  "las mujeres ponen un valor más subjetivo en el comportamiento pro-social y los hombres encuentran más valioso el pensar en sí mismos. Sin embargo, no se sabía cómo se producía esta diferencia a nivel cerebral, y ahora vemos que en ambos sexos, el sistema de dopamina codifica el valor" agregó Tobler.

"Codificar" significa que la actividad en nuestro cerebro cambia en proporción al valor que le damos a las experiencias sociales, explicaron los investigadores.

El papel vital de la dopamina

Buscando respuestas de por qué las mujeres y los hombres son diferentes a la hora de dar, Tobler y sus colegas se centraron en el sistema de la dopamina. Esta hormona, que desempeña un papel fundamental en el sistema de recompensas del cerebro, se libera durante los momentos de placer, pero también nos ayuda a procesar nuestros valores. 

Para observar a nivel profundo estas diferencias de cómo la dopamina podría influir en el comportamiento de hombres y mujeres, los científicos diseñaron una serie de experimentos, donde 56 participantes masculinos y femeninos tomaron decisiones entre compartir una recompensa económica con otros o mantener el dinero por sí mismos.

Al darles sólo un placebo antes de tomar decisiones, las mujeres actuaron menos egoístamente que los hombres, eligiendo compartir su dinero con otros. Sin embargo, cuando sus sistemas de dopamina fueron interrumpidos después de recibir una droga llamada amisulpride, las mujeres actuaron en forma más egoísta, mientras que los hombres se hicieron más generosos. Amisulpride es un antipsicótico usado normalmente para tratar los síntomas de la esquizofrenia.

"Basado en las prioridades opuestas de los géneros, interferir con el sistema de la dopamina, tiene efectos opuestos", señaló Tobler.

Asumir las diferencias de género

En un segundo experimento, los investigadores usaron resonancia magnética funcional para investigar los cambios en el cerebro, mientras que 8 mujeres y 9 hombres tomaron decisiones. En comparación con los varones, el cuerpo estriado en las mujeres mostró más actividad cuando tomaron una decisión pro-social.

Según Anne Murphy, profesora asociada de neurociencia en la Universidad Estatal de Georgia, EE.UU., quien no participó en el estudio, estas conclusiones traen "una mayor conciencia del hecho de que hay diferencias cerebrales en hombres y mujeres".

"Simplemente demuestra, una vez más, que la gente puede apuntar a una base biológica para entender algunas de las características que son típicamente masculinas", dijo Murphy. Estos rasgos incluirían el egoísmo, la autopromoción, en general, un perfil diferente de conducta.

Ella cree que entender esta base biológica puede servir para hacer de la sociedad un lugar mejor.

Las diferencias de género en el cerebro podrían ser funcionales, dijeron los investigadores, debido a la dopamina, que podría causar una respuesta muy diferente en las mujeres que en los hombres. Pero también podrían ser aprendidas.

¿Viene de nuestros antepasados? Aunque las tendencias masculinas y femeninas pueden ser aprendidas, dijo Murphy, estos comportamientos no se adquieren en una sola vida. Estas preferencias se desarrollan con el tiempo basadas en las diferentes funciones de las mujeres y los varones: "reproducción versus recolección de recursos", según Murphy.

Mientras que estas conclusiones son interesantes en sí mismas, también tienen implicancias en el uso de las drogas a nivel medicinal, cuyos efectos pueden ser diferentes en hombres que en mujeres.

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