Tener una lesión por un golpe considerable siempre es preocupante, pero mucho más si el accidente ocurrió en la cabeza. Y alrededor de ese tema hay muchos mitos, como relacionarlos con problemas de salud mental o con cáncer cerebral. Es conveniente repasar qué dicen los organismos oficiales respecto de estos temas en base a la evidencia existente.
Un nuevo estudio -financiado por el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) y publicado en JAMA Psychiatry- revela que aproximadamente 1 de cada 5 personas puede experimentar síntomas de salud mental hasta 6 meses después de una lesión cerebral traumática leve.
Los científicos también identificaron factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar un trastorno de estrés postraumático (TEPT) y/o un trastorno depresivo mayor después de golpe o conmoción cerebral.
"Los trastornos de salud mental después de una conmoción cerebral han sido estudiados principalmente en poblaciones militares, y no se sabía mucho sobre estos resultados en civiles", dijo el Dr. Patrick Bellgowan, director del programa del NINDS. "Estos resultados pueden ayudar a guiar la atención de seguimiento y sugerir que los médicos deben prestar especial atención al estado mental de los pacientes muchos meses después de una lesión".
En el estudio, el Dr. Murray Stein, profesor de la Universidad de California en San Diego (UCSD) y sus colegas, investigaron los resultados de salud mental en 1,155 personas que habían sufrido un TBI leve y fueron atendidos en el servicio de urgencias.
Un traumatismo cerebral (TBI por su sigla en inglés) es una lesión súbita provocada por una fuerza externa que afecta el funcionamiento del cerebro. Puede ser provocado por un choque o un golpe en la cabeza o por un objeto que penetra en el cráneo, según informa el Eunice Kennedy Shriver National Institute.
Los resultados de los golpes
A los 3, 6 y 12 meses después de la lesión, los participantes del estudio completaron varios cuestionarios relacionados con el TEPT y el trastorno depresivo mayor. Para comparar, los investigadores también encuestaron a personas que habían sufrido lesiones traumáticas ortopédicas, como fracturas en las piernas, pero que no tenían lesiones en la cabeza.
Los resultados mostraron que a los 3 y 6 meses posteriores a la lesión, las personas que habían experimentado un TBI tenían más probabilidades que los pacientes con traumatismos ortopédicos de padecer síntomas de trastorno de estrés postraumático y/o trastorno depresivo mayor.
A los 6 meses de la lesión, los síntomas de salud mental fueron reportados por el 21.2% de las personas que habían sufrido lesiones en la cabeza y en el 12.1% de los pacientes con traumatismos ortopédicos. Es decir, hay una brecha de alrededor de un 9% mayor de problemas de salud mental entre quienes sufrieron una lesión en la cabeza.
El Dr. Stein y su equipo observaron que si la lesión en la cabeza fue causada por un asalto u otro ataque violento, eso aumentó el riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático, pero no un trastorno depresivo mayor.
“Contrariamente a las suposiciones comunes, las lesiones leves en la cabeza pueden causar efectos a largo plazo. Estos hallazgos sugieren que la atención de seguimiento después de una lesión en la cabeza, incluso en casos leves, es crucial, especialmente para los pacientes que muestran factores de riesgo para el trastorno de estrés postraumático o la depresión" dijo el Dr. Stein.
Relación de los golpes en la cabeza con el cáncer cerebral ¿mito o realidad?
Es un mito común que las lesiones pueden causar cáncer. Pero el hecho es que las caídas, los moretones, los huesos rotos u otras lesiones similares no se han relacionado con el cáncer, informa la American Cancer Society.
A veces, una persona puede visitar a un proveedor de atención médica por una lesión y el médico encuentra cáncer en ese momento. Pero la lesión no causó el cáncer: el cáncer ya estaba allí. A veces también sucede que una persona recuerda una lesión que ocurrió hace mucho tiempo en el lugar donde se encontró el cáncer.
Un estudio a largo plazo sobre 2,953 personas a las que se les realizó un seguimiento después de una lesión en la cabeza, brindó la oportunidad de investigar la asociación largamente debatida entre el traumatismo craneal y el tumor craneal posterior.
La aparición de tumores cerebrales posteriores en este estudio -publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.- no se asoció con la gravedad o la ubicación de la lesión en la cabeza. El traumatismo craneal no parece ser un factor significativo en el cáncer cerebral.
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