Investigadores creen que la clave para entender la esclerosis múltiple (una enfermedad crónica, que ataca al sistema nervioso central y que en algunos casos pudiera ser incapacitante) está en la vitamina D, o la vitamina del sol, como muchos prefieren identificarla.
Ya se ha estudiado la relación de la enfermedad con los bajos niveles de vitamina D, pues se conoce que afecta con preferencia a pobladores de países lejanos al Ecuador, es decir, aquellos que no reciben de forma tan directa los rayos solares.
El esfuerzo por eso se ha centrado en determinar si la ingesta de suplementos de la vitamina puede ser determinante en el tratamiento de la esclerosis múltiple. Hasta ahora se han usado distintas dosis, varios métodos de consumo, pero no hay líneas claras que indiquen cuánta vitamina se necesita.
Sin embargo, Carlos Navas, neurólogo de la Clínica Universitaria de Colombia, mantiene el optimismo porque considera que “más que una vitamina, la D es casi como una hormona, pues se convierte en un factor que genera inmunomodulación”.
Y en vista de que se puede consumir a través de suplementos, una de las hipótesis de los investigadores es que aumentar la ingesta de vitamina D podría favorecer el curso de la enfermedad.
En efecto, un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina John Hopkins de la Universidad de Baltimore (EE.UU.) y publicado en la revista “Neurology”, reveló que los pacientes que toman suplementos con altos contenidos de vitamina D3 ven disminuida la hiperactividad del sistema inmune que ocasiona la enfermedad.
Peter A. Calabresi, director de la investigación, señaló que la vitamina D tiene el potencial de convertirse en un tratamiento barato, seguro y muy conveniente para los pacientes con esclerosis múltiple.
Sin embargo, reconoce que deben realizarse más investigaciones con un mayor número de participantes para confirmar los resultados que ayuden a entender el mecanismo que subyace a este beneficio.
Prueba es determinante
Kassandra Munger, de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard, en Boston, Estados Unidos, refiere que el examen de los niveles de vitamina D en la sangre puede ayudar a predecir si una persona está en riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.
"Nuestro estudio, que involucra a un gran número de mujeres, sugiere que la corrección de la deficiencia de vitamina D en mujeres jóvenes y de mediana edad puede reducir su riesgo futuro de esclerosis múltiple", precisó.
Para el estudio, los investigadores utilizaron un depósito de muestras de sangre de más de 800.000 mujeres en Finlandia, tomadas como parte de las pruebas prenatales.
Luego, los investigadores identificaron a 1.092 mujeres a las que se les diagnosticó esclerosis múltiple en un promedio de nueve años después de dar las muestras de sangre y se compararon con 2.123 mujeres que no desarrollaron la enfermedad.
Los científicos encontraron que con cada aumento de 50 nmol/l en los niveles de vitamina D en la sangre, el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple más adelante en la vida disminuyó en un 39 por ciento.
Además, las mujeres que tenían niveles deficientes de vitamina D registraban un 43 por ciento más de riesgo de desarrollar esclerosis múltiple que las mujeres que registraban niveles adecuados, así como un riesgo 27 por ciento mayor que las mujeres con niveles insuficientes.
"Se necesita más investigación sobre la dosis óptima de vitamina D para reducir el riesgo de esclerosis múltiple, pero esforzarse por lograr la suficiencia de vitamina D durante el curso de la vida de una persona probablemente tendrá múltiples beneficios para la salud", dijo la investigadora.
Adicionalmente, cada vez más investigaciones muestran cómo la falta de vitamina D en la primera infancia podría aumentar el riesgo de EM y también de otras enfermedades como la osteoporosis, el raquitismo en los niños, la depresión, algunas condiciones autoinmunes, demencias y enfermedad cerebrovascular.
La mala noticia es que la mayoría de las personas no obtienen suficiente vitamina D. La deficiencia no presenta síntomas, por lo que solo podría detectarse por medio de una prueba de sangre.
La ingesta de adecuados alimentos, como por ejemplo cereales, productos de soya, lácteos fortificados con vitamina D y aceite de hígado de bacalao puede ayudar a mantener a raya el déficit de la vitamina. Por otro lado, tomar el sol en una forma regular en horarios donde la radiación UV no sea tan fuerte, es la mejor forma de obtenerla.
La esclerosis múltiple es la segunda causa de discapacidad más frecuente en jóvenes adultos. Algunos de sus síntomas son deterioro cognitivo, pérdida de sensibilidad en extremidades, depresión, fatiga, entre otros.
Cada semana 200 casos
Esta enfermedad causa gran impacto social, económico y laboral pues se presenta en individuos entre los 20 y 40 años, rango de edad en el que las personas son más productivas.
Nadie sabe con exactitud cuántas personas padecen la enfermedad. Los expertos creen que actualmente hay de 250,000 a 350,000 personas en Estados Unidos diagnosticadas. Este cálculo sugiere que cada semana se diagnostican aproximadamente 200 nuevos casos.
Los estudios de prevalencia (la proporción de personas en una población con una enfermedad particular) indican que la tasa de la enfermedad ha aumentado constantemente en los últimos años.