La OMS anunció el lunes 26 de octubre que comer carne procesada puede causar cáncer de intestino, y que la carne roja es una causa probable de esta enfermedad.
En la convención de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) que depende de la OMS, 22 científicos de 10 países señalaron que las carnes procesadas -como los hot dogs, jamón, carne enlatada y otras- serán de ahora en más clasificadas en el grupo 1 como agentes cancerígenos, donde se incluyen otras sustancias peligrosas como el tabaco, el amianto y el diesel, porque consideran que hay "evidencia suficiente de sus vínculos con el cáncer”.
Los expertos concluyeron que comer a diario una porción de 50 gramos de carne procesada, aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en un 18%.
Mitos y verdades sobre la carne
La noticia causó un gran revuelo en todo el mundo, y los productores de carne alzaron su voz para recordar las bondades de la carne, mientras que los médicos deben aclarar una y otra vez que todo depende de la cantidad que se consume.
En Australia, empresarios del sector expresaron junto al Ministerio de Ganadería que el anuncio era "una farsa".
Por su parte, el North American Meat Institute dijo en un comunicado que hay mucha evidencia científica de los beneficios del consumo de carne en todas sus formas, y cita estudios recientes, publicados en la revista The Lancet, que señalan "el alto valor biológico de las proteínas, vitamina B, hierro y zinc presentes en la carne roja".
Despejando algunas dudas
La afirmación de la OMS se basa en 800 estudios. La agencia internacional afirma que a las dietas ricas en carne procesada se le atribuyen 34,000 muertes por cáncer cada año en todo el mundo. Aunque reconoce que esto se ve eclipsado por las muertes atribuibles al cáncer por el consumo de tabaco, que suman alrededor de un millón, y tampoco son nada al lado de las 600,000 atribuibles al consumo de alcohol, y más de 200,000 a la contaminación del aire.
Pero se generó mucha confusión con el informe del cáncer y su relación con la carne, un alimento básico para millones de personas en todo el mundo. Por eso, en un nuevo comunicado, la OMS destacó que "La última revisión de la IARC no le pide a la gente que deje de comer carnes procesadas, pero indica que la reducción del consumo de estos productos puede reducir el riesgo de padecer cáncer colorrectal", dice textualmente.
Para finalizar, la OMS manifestó que cuenta con un grupo permanente de expertos que a principios de 2016 se reunirán para profundizar sobre rol que tiene la carne roja y la carne procesada en el contexto de una dieta saludable.
Se considera carne roja a todos los tipos provenientes de músculo de mamíferos, tales como carne de res, de ternera, cerdo, cordero, cordero, caballo y cabra.
Carne procesada se denomina a la que se transforma a través del salado, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar el sabor o la preservación. Incluyen los perros calientes (hot dog), jamón, salchichas, carne en conserva (corned beef), la cecina, carne seca (beef jerky), así como las preparaciones y las salsas a base de carne.
¿Cuánta carne se puede consumir?
Respecto de la medida de carne roja aconsejada, la American Dietetic Association recomienda como máximo el consumo de 540 g a la semana. Por lo tanto, puede incluirse en platillos entre 2 a 3 días a la semana.
Un niño en edad preescolar (1-4 años) debería consumir entre 20 a 40 gr al día; un escolar (5-11 años) de 50-70 gr al día y un adulto con actividad física moderada, de 120 a 180 gr al día.
Por su parte, la Asociación Americana del Corazón sugiere una medida similar: de 5 a 6 onzas por día (140-170 gramos) para que un adulto mantenga a raya el colesterol y no esté tan expuesto al riesgo de padecer enfermedades cardíacas, y aconseja elegir siempre los cortes magros.
Los cortes más bajos en grasa son el lomo, la pierna y sus partes derivadas como el filete, bistec, sirloin, bola, cuete y milanesa.
Las mejores técnicas para preparar la carne en forma saludable son los asados a la parrilla, a la plancha, al horno o en cualquier otra preparación que implique el bajo uso de grasa o aceite. Las frituras son una de las formas menos saludables de cocinar las carnes.
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