De acuerdo con información difundida por la institución académica, el dispositivo (poco más grande que el borrador de un lápiz) asemeja una esponja, es decir, atrae a las células de cáncer del torrente sanguíneo durante las primeras etapas de recurrencia y antes de que se formen tumores en otras partes del cuerpo.
Las pruebas en un modelo animal con ratones de laboratorio mostró que el dispositivo, hecho de un material utilizado en suturas quirúrgicas y se disuelve con el tiempo, atrae números detectables de células cancerosas antes de que sean visibles en otro lugar. Además, las células cancerosas se diseminan a los pulmones un 88% más lentamente en los roedores que recibieron los implantes subcutáneos.
Los autores del trabajo consideran que el dispositivo podría ayudar a los médicos a controlar la recurrencia del cáncer de seno a través de una exploración no invasiva y podría permitirles detectar y tratar una posible recaída. También tendría el potencial de ser utilizado como una medida preventiva entre quienes tienen un alto riesgo de cáncer de mama.
"El cáncer de mama es una enfermedad que puede reaparecer durante un largo período en la vida de un paciente, y una recurrencia es a menudo muy difícil de detectar hasta que el cáncer se establece en otro órgano", destacó la Dra. Jacqueline Jeruss, una de las investigadoras.
"Nos propusimos crear una especie de señuelo, un dispositivo que fuera más atractivo para las células de cáncer que otras partes del cuerpo del paciente", dijo por su parte el profesor Lonnie Shea. "Actúa como un canario en la mina de carbón. Y al atraer las células cancerosas, las dirige lejos de órganos vitales", añadió.
El dispositivo se aprovecha de la interacción que tiene lugar de forma natural entre el cáncer y el sistema inmunológico del cuerpo, es decir, al ser implantado responde como lo harían con cualquier objeto extraño: enviando células para atacar al intruso. Entonces las células cancerosas son atraídas por las células inmunes en el dispositivo.
“Francamente nos sorprendió ver que las células cancerosas parecían dejar de crecer cuando llegaron al implante", dijo Shea. "Vimos células individuales en el implante, no una masa de células, como se debe ver un tumor, y no vimos ninguna evidencia de daño al tejido circundante", resaltó.
Si bien, pasarán aún varios años para el uso del dispositivo en pacientes, Shea cree que la tecnología podría ser utilizada también para otros tipos de cáncer, incluyendo páncreas y próstata.
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